El presidente de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, ha instado a inversores, líderes económicos y a la población en general a unirse en un esfuerzo conjunto para superar la grave crisis económica que ha afectado al país desde que declaró la bancarrota en mayo del año pasado.
Con el objetivo de encontrar una solución viable, el mandatario ceilandés ha presentado un nuevo plan de reestructuración de deuda, que se espera entre en vigor después del verano y permita a Sri Lanka salir de la situación de 'default' en septiembre.
Según el portal de noticias ceilandés NewsCutter, la deuda actual del país se estima en 83.000 millones de dólares (79.200 millones de euros), siendo aproximadamente la mitad de origen nacional.
El plan propuesto no incluye a los bancos, aunque se informa que las entidades financieras han decidido tomar una "pausa" de cinco días para apoyar los esfuerzos del gobierno.
Sin embargo, sí se verán afectados los préstamos en dólares y los fondos de pensiones, con el objetivo de "optimizar la deuda nacional", según expresó el presidente Wickremesinghe durante su discurso en la reunión anual del Instituto de Directores Económicos del país.
El presidente confía en que este plan tenga un impacto positivo en la reducción de los tipos de interés en cuestión de meses, lo que beneficiaría a las personas endeudadas. Además, en relación al cierre temporal de los bancos, Wickremesinghe espera que el proceso inicial de reestructuración se resuelva durante estos cinco días de inactividad del mercado financiero.
"Los clientes tendrán la seguridad de que sus depósitos están protegidos y sus intereses no se verán afectados", aseguró el presidente.
Asimismo, Wickremesinghe espera que este plan sea respaldado por una inyección de ayuda internacional para el desarrollo, con el fin de estimular la economía y generar oportunidades de empleo.
Esta semana, el Banco Mundial anunció su compromiso de colaborar con Sri Lanka a través de un préstamo de 700 millones de dólares (644 millones de euros), como parte de un enfoque gradual.
No obstante, el plan de reestructuración aún debe ser discutido y aprobado por el Parlamento ceilandés, que tiene previsto celebrar su primera sesión al respecto este próximo sábado, según informó el portal de noticias nacional NewsFirst.
La crisis económica que ha golpeado al país alcanzó su punto álgido en julio del año pasado, cuando una revuelta popular derrocó al gobierno de Gotabaya Rajapaksa.
Durante ese tiempo, el país experimentó aumentos inasumibles en los precios del combustible, escasez de productos básicos, cortes de suministro eléctrico y niveles récord de inflación. Ahora, Sri Lanka busca un nuevo camino hacia la estabilidad económica con la esperanza de superar esta difícil situación.