Una tragedia sacudió la ciudad de Venecia hoy cuando un autobús eléctrico se precipitó desde una rampa de carretera, rompiendo cables de alta tensión y desatando un incendio devastador. El accidente dejó un saldo de al menos 21 turistas muertos y más de una veintena de heridos, algunos en estado crítico.
El vehículo, que transportaba a turistas de diversas nacionalidades, incluyendo ucranianos, franceses, alemanes y croatas, cubría la ruta entre el centro histórico de Venecia y un camping local. La caída del autobús boca abajo impidió que los pasajeros pudieran escapar de las llamas, que fueron alimentadas por las baterías eléctricas y el metano del vehículo.
El ministro de Transportes, Matteo Salvini, señaló que una de las hipótesis es que el conductor, quien también perdió la vida en el siniestro, se sentía mal. Las autoridades están investigando las circunstancias exactas del accidente.
El alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, decretó luto en memoria de las víctimas y describió la escena como "apocalíptica". La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, expresó su más sentido pesame y se mantiene en estrecho contacto con las autoridades locales.
La comunidad internacional también se unió al duelo, con mensajes de solidaridad del presidente francés, Emmanuel Macron, y líderes de la Unión Europea, quienes expresaron sus condolencias a las familias de las víctimas y los heridos.
Este trágico incidente ha conmocionado a Italia y al mundo, dejando una profunda sensación de pesar en la ciudad de Venecia y más allá. Las autoridades continúan trabajando en la identificación de las víctimas y en brindar apoyo a los afectados por esta terrible tragedia.