Un reciente acuerdo entre Chile y el Reino Unido ha generado gran preocupación en la diplomacia argentina, especialmente en lo relacionado con las Islas Malvinas. ¿Qué implicaciones tiene este acuerdo? ¿Podría significar un aumento de la presencia militar en el archipiélago? En este artículo, te contamos todos los detalles.
El Comandante en Jefe de la Armada de Chile, Almirante Juan Andrés de la Maza, detalló la política nacional de construcción naval que busca fortalecer la industria naval en todo el país. Esta política se implementará en diversas regiones de Chile, como Arica, Valparaíso, Valdivia, Puerto Montt y Punta Arenas, además del reconocido astillero ASMAR en Talcahuano. Según De la Maza, esta estrategia tiene como objetivo aumentar la independencia tecnológica y generar empleos en el país, lo que tendría un impacto positivo en el desarrollo regional.
Pero lo que más inquieta es el acercamiento entre Chile y el Reino Unido, especialmente a raíz de las recientes visitas y acuerdos bilaterales firmados entre ambos países. El Capitán de Navío Thomas Shaves, jefe de planificación estratégica de la Royal Navy, encabezó una delegación británica que se reunió con altos oficiales de la Armada chilena, incluyendo al Contraalmirante José Agustín Pájaro. Estos acuerdos refuerzan los intercambios profesionales y la transferencia de conocimientos técnicos, algo que, según fuentes diplomáticas, podría ser una señal de mayor cooperación militar.
Para Argentina, este tipo de acuerdos es motivo de preocupación, especialmente por el impacto que podría tener sobre la soberanía de las Islas Malvinas. Desde la gestión de Javier Milei, se han registrado hechos que parecen contradecir el compromiso de Argentina con la resolución 31/49 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que rechaza la militarización de las islas.
Uno de los incidentes más alarmantes fue el tránsito del buque RRS Sir David Attenborough por aguas argentinas. Este rompehielos, que pertenece al British Antarctic Survey (BAS), realizó un reaprovisionamiento en el puerto de Punta Arenas, en Chile, mientras portaba la bandera de las Islas Malvinas. A pesar de la gravedad del incidente, la Cancillería argentina no emitió una posición pública al respecto, lo que ha generado críticas por su aparente pasividad frente a la situación.
A pesar de que Chile ha asumido compromisos de no facilitar la militarización en las Malvinas, hay áreas grises, especialmente en lo relacionado con los buques antárticos. La creciente cooperación entre Chile y el Reino Unido en este ámbito podría complicar aún más la situación. Según fuentes diplomáticas, la posibilidad de que Chile proporcione asistencia en mantenimiento, logística o provisión de embarcaciones militares británicas podría ser un paso hacia una mayor militarización en las islas, algo que va en contra de los intereses nacionales de Argentina.
El acuerdo entre Chile y el Reino Unido para el desarrollo de la industria naval chilena ha encendido las alarmas en Argentina, debido a las implicaciones que podría tener para la soberanía de las Malvinas. La diplomacia argentina deberá estar atenta a los movimientos de Chile, así como a la pasividad del actual gobierno frente a los tránsitos ilegales de buques británicos. La cooperación entre estos dos países podría traer consecuencias imprevistas, y la preocupación por la militarización de las islas sigue siendo un tema crucial en la agenda diplomática de Argentina.