En la previa a las elecciones presidenciales de 2024, Donald Trump se encuentra en el ojo del huracán con cuatro casos penales en su contra. Según él, estas acusaciones son parte de una politización judicial orquestada por demócratas que buscan socavar la popularidad en declive de Joe Biden.

Las acusaciones que enfrenta Trump incluyen soborno a una actriz porno para silenciar una relación extramarital, presunta violación a la ley de espionaje, obstrucción a la justicia y falso testimonio tras un allanamiento en su resort de Mar-a-Lago, donde se encontraron 11 folios con secretos de Estado y su intento de anular las elecciones de 2020 que culminó en el asalto al Capitolio el 6/01/2021. El exmandatario niega rotundamente todas estas acusaciones.

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— Univision Noticias (@UniNoticias) November 10, 2023

Contrario a lo que esperaban los demócratas, las imputaciones penales no han mermado las aspiraciones electorales de Trump. Este sigue liderando las encuestas y manteniendo un fuerte respaldo dentro de la nómina republicana. Las constantes apariciones públicas han convertido las acusaciones en un vehículo para victimizarse y consolidar su base de seguidores.

En una reveladora entrevista con Univision, Trump no titubeó al prometer "venganza" contra lo que él denomina como "lawfare" en su contra. Aseguró que, de regresar a la Casa Blanca, podría utilizar el FBI y el Departamento de Justicia para contraatacar a sus oponentes, una estrategia que ya se estaría discutiendo entre él y sus aliados.

Analistas prevén que la primera víctima de una eventual represalia judicial de Trump sería Jack Smith, fiscal especial del Departamento de Justicia. Sus declaraciones sugieren que buscará saldar cuentas con aquellos que han sido críticos con su mandato, planteando un escenario de polarización en la política estadounidense.