Yang Hengjun, escritor y activista australiano de origen chino, ha decidido no apelar la condena a la pena de muerte suspendida que recibió por un tribunal chino por acusaciones de espionaje. Sus familiares y amigos expresaron sus dudas sobre la transparencia del sistema judicial chino y la fragilidad de la salud de Yang para enfrentar un proceso de apelación.
Según un comunicado de la organización Capital Punishment Justice Project (CPJP), la decisión de Yang de no apelar se basa en la falta de confianza en la capacidad del sistema judicial chino para remediar la injusticia de su condena, así como en su precario estado de salud, agravado por las condiciones inhumanas de su detención.
La ministra de Exteriores de Australia, Penny Wong, ha expresado su respeto por la decisión de Yang y ha prometido continuar brindándole asistencia consular y presionando por sus intereses y bienestar. El caso de Yang es un asunto clave en las conversaciones entre China y Australia para normalizar sus relaciones diplomáticas desde 2022.
Yang fue condenado a la pena de muerte suspendida el pasado 5 de febrero en un juicio opaco por acusaciones de espionaje. La sentencia impide su ejecución en los próximos dos años, pero China suele conmutarla por cadena perpetua si se considera que el acusado mantiene un buen comportamiento.
