YPF: fracaso en la venta de los pozos y el impacto ambiental que nadie quiere asumir
La estrategia de YPF para enfocarse en Vaca Muerta y desinvertir en sus pozos convencionales ha chocado con un obstáculo crítico: los pasivos ambientales. Este problema no solo amenaza con complicar sus finanzas, sino que también pone en riesgo su perfil crediticio y su capacidad de realizar nuevas obras en el sector energético. Pero, ¿por qué nadie quiere asumir estos pozos?
El denominado Proyecto Andes es el eje central del plan de reestructuración de YPF. Con la venta de 55 bloques de producción convencional en provincias como Chubut, Santa Cruz y Neuquén, la compañía esperaba recaudar unos 800 millones de dólares para invertir en los prometedores yacimientos de Vaca Muerta. Sin embargo, a 10 meses de su lanzamiento, solo dos bloques han encontrado compradores.
¿Por qué el proceso está estancado? La respuesta está en los pasivos ambientales. Cada pozo convencional tiene un costo asociado de reparación de daños que ronda los 150 dólares por metro cúbico de producción, lo que podría sumar hasta 750 millones de dólares en total. Este monto espanta a posibles compradores, generalmente empresas más pequeñas que no tienen la capacidad financiera para hacerse cargo.
El conflicto no termina ahí. Las provincias donde se encuentran estos pozos, como Mendoza y Santa Cruz, se niegan a aprobar la transferencia de áreas si no hay garantías de que los pasivos ambientales serán asumidos. Según fuentes locales, los gobernadores temen las consecuencias legales y políticas de firmar acuerdos sin respaldo financiero.
Además, organizaciones ambientalistas están siguiendo de cerca las negociaciones, amparadas por la Ley General del Ambiente, lo que agrega más presión a YPF y a las provincias.
El problema de los pasivos ambientales no solo afecta la reputación de YPF, sino que también podría impactar gravemente su calificación crediticia. Según expertos de Wall Street, en el contexto del Acuerdo Verde norteamericano, las empresas deben demostrar un compromiso sólido con la sustentabilidad para acceder a financiamiento.
Este escenario genera preocupación en los mercados. Si YPF no resuelve el problema, podría perder el impulso positivo que han tenido sus acciones y enfrentar dificultades para financiar futuras obras y proyectos estratégicos.
En Santa Cruz, la relación entre YPF y el gobernador Claudio Vidal se encuentra en un punto crítico. La empresa ha dejado de cubrir los costos operativos en algunos pozos, lo que afecta a 2000 empleados directos e indirectos. A partir de enero de 2025, YPF planea cancelar los contratos que no tengan una contraprestación efectiva, lo que presiona al gobierno provincial a buscar soluciones rápidas.