La controversia entre Alejandro Fantino y el entorno del gobierno sigue generando debate. En su programa del lunes, el conductor expresó su malestar tras las críticas que recibió por parte de los trolls relacionados con Santiago Caputo y los seguidores de Javier Milei, luego de opinar sobre un video difundido por la Rosada. El video, protagonizado por Agustín Laje, buscaba minimizar la cifra de 30 mil desaparecidos y plantear la idea de una "guerra".
“No se gana la batalla cultural con videítos así”, dijo Fantino, quien no ocultó su enojo. “Me sonó muy a ‘te hago este videíto para tocarte el culo, para enojarte y para ofenderte’. A mí ya me está hinchando los huevos vivir en un país así”, agregó el periodista en su programa.
Lo que siguió a esas declaraciones fue una serie de ataques en redes sociales, que Fantino atribuyó a los trolls manejados por Santiago Caputo. Según el conductor, incluso Juan Doe, director de comunicación digital del gobierno, participó de la ofensiva en su contra.
La situación se intensificó cuando Fantino insinuó que podría dejar su puesto en Neura. "Creo que esto creció demasiado, creo que me superó. Creo que lo tengo que pensar de acá a fin de año, pero creo que Neura tiene que seguir sin mí", comentó en su programa del martes. Luego, sorprendió aún más con una declaración en la que dijo: “Voy a buscar un sucesor y yo me iré a una cueva, tipo anacoreta. A abrir un canal de filosofía, hablar de pelotudeces para que me escuchen cinco mugrientos del otro lado, como yo”.
Agustín Laje no tardó en responder indirectamente, defendiendo su postura. En declaraciones de Nicolás Márquez, biografo de Javier Milei, se mencionó que Fantino venía del fútbol y que, al no haber visto el video completo, perdió la oportunidad de "aprender cosas que no sabe". Márquez, íntimo de Laje, reivindicó la dictadura en sus palabras, defendiendo la visión de la derecha sobre el pasado reciente del país.
Este episodio no solo revela la tensión que existe en el panorama político y mediático de Argentina, sino que también pone en evidencia las diferencias sobre cómo se debe abordar la memoria histórica y los temas de la dictadura. Alejandro Fantino, con su postura crítica, parece estar en el centro de un debate mucho más grande sobre la “batalla cultural” en el país, mientras que los defensores del gobierno y sus aliados como Santiago Caputo y Javier Milei continúan defendiendo una versión distinta de los hechos históricos.
A medida que las críticas hacia Fantino continúan, la pregunta que queda es si realmente tomará la decisión de abandonar su programa o si la polémica se apaciguará con el tiempo. Lo que está claro es que, por ahora, el conductor sigue siendo un blanco de ataques en el mundo digital y político.