El gobierno de Javier Milei planea implementar un ajuste severo en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Tras un primer recorte de personal con retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas, la gestión de Milei ahora amenaza con despedir técnicos y vender o arrendar tierras productivas clave para el país.
El borrador del proyecto que se presentará el 28 de noviembre por Nicolás Bronzovich, actual presidente del INTA, incluye la posibilidad de despedir a 535 empleados y afectar miles de hectáreas productivas. Estas acciones afectan no solo la estructura del INTA, sino también el desarrollo de tecnologías cruciales para el sector agropecuario argentino.
Desde la Asociación del Personal del INTA (APINTA), Leandro Cambareri, secretario general de la seccional Balcarce, expresó su preocupación por los efectos de este ajuste en la provincia de Buenos Aires, donde el INTA tiene un fuerte impacto en la formación de futuros profesionales y el asesoramiento a productores agrícolas.
El ajuste afectaría también a la estación experimental de Balcarce, que es clave para la investigación agrícola, ya que la pérdida de personal especializado podría frenar proyectos innovadores como el desarrollo de cultivos más resistentes y tecnologías en producción animal.
Los posibles despidos se suman a la venta o arrendamiento de tierras, como las 1980 hectáreas productivas que posee el INTA. Esto pone en riesgo el futuro de proyectos de investigación agrícola que podrían haber impactado positivamente en la economía nacional.
Con un escenario tan incierto, el sector agropecuario se prepara para movilizarse el 28 de noviembre. Los gremios de trabajadores del INTA luchan por frenar este recorte que consideran perjudicial tanto para el organismo como para el desarrollo del agro argentino.
