Una mujer que prefiere mantener su identidad en el anonimato ha experimentado una transformación en su calidad de vida gracias a una prótesis biónica de última generación. Después de un doloroso accidente agrícola que resultó en la pérdida de su brazo hace más de dos décadas, Karin, como la llamaremos, luchó con el dolor crónico en su miembro fantasma.
El uso de prótesis convencionales resultó incómodo e ineficaz para Karin durante muchos años. Sin embargo, todo cambió cuando se convirtió en la primera persona con una amputación por debajo del codo en recibir la revolucionaria Mia Hand, desarrollada por la empresa italiana de robótica Prensilia.
Esta prótesis utiliza la osteointegración para fusionarse de manera única con el cuerpo del usuario, ofreciendo un anclaje permanente que garantiza comodidad y eficacia en la vida diaria. Además, la tecnología permite la conexión eléctrica con el sistema nervioso del usuario a través de electrodos implantados en nervios y músculos.
El profesor Max Ortiz Catalan, jefe de investigación en prótesis neurales del Instituto de Biónica de Australia, ha liderado este avance, y subraya que esta innovadora tecnología no solo proporciona un mejor control de la prótesis, sino que también ha reducido significativamente el dolor crónico de Karín.
La aceptación de la prótesis es fundamental para su éxito, y la Mia Hand no solo brinda un alto rendimiento en las actividades diarias, sino que también se destaca por su diseño estético personalizable. La transformación en la vida de Karin es un testimonio prometedor del potencial de esta tecnología para cambiar la vida de quienes enfrentan la pérdida de una extremidad.
Este avance representa un hito importante en el campo de las reconstrucciones avanzadas de extremidades, y ofrece esperanzas renovadas para personas que han sufrido amputaciones.