Detienen al senador mileísta Kueider en Paraguay con 200 mil dólares: la trama detrás del escándalo
Edgardo Kueider, senador nacional y cercano a Javier Milei en el Congreso, fue detenido en Paraguay al intentar cruzar el Puente de la Amistad con más de 200 mil dólares no declarados.
Este episodio, que ocurrió durante la madrugada, destapó viejas investigaciones sobre el patrimonio del legislador y sus vínculos con presuntas redes de corrupción.
El operativo, llevado a cabo por la Dirección de Ingresos Tributarios de Paraguay, confirmó que el dinero no tenía respaldo legal.
Este hecho reaviva acusaciones previas contra Kueider, como su presunta participación en esquemas ilícitos vinculados a la empresa ENERSA durante su paso por la gestión de Gustavo Bordet en Entre Ríos.
Además, se suma una investigación judicial por supuesto enriquecimiento ilícito y adquisiciones inmobiliarias irregulares a través de la empresa Betail S.A.
Kueider también ha sido señalado por su relación con los hermanos Tortul, empresarios procesados por pagar sobornos millonarios para obtener contratos en ENERSA.
Este esquema fue desmantelado en 2023, y los testimonios de los implicados podrían alcanzar a otros funcionarios provinciales.
En su última declaración jurada, Kueider omitió mencionar propiedades vinculadas a Betail SA, lo que profundiza las dudas sobre el origen de sus fondos.
El arresto no solo compromete la imagen de Kueider, sino que también pone en jaque su alianza con Milei, quien busca consolidar apoyo en el Senado.
Por otro lado, el peronismo entrerriano intenta desmarcarse del escándalo, señalando que Kueider ya no representa al núcleo duro del partido.
La detención en Paraguay podría derivar en investigaciones internacionales, dado que el dinero incautado podría estar vinculado a operaciones transnacionales.
Mientras tanto, en Argentina, la justicia analiza los nexos entre el senador, empresarios y otros políticos para esclarecer el origen de su patrimonio y determinar posibles responsabilidades penales.
Este caso no solo pone en el centro del debate la transparencia en la política, sino también la fragilidad de las fronteras frente al lavado de activos y la corrupción institucional.