Antes de iniciar las distintas actividades que tenía pautadas para este martes en la ciudad de Pergamino, Axel Kicillof mantuvo un breve y rodante encuentro con el intendente de esa ciudad del norte bonaerense, Javier Martínez, uno de los jefes comunales con los que cuenta el ala dura del PRO. La reunión fue en la camioneta en la que suele moverse el mandatario provincial cada vez que sale de gira. Es una técnica habitual que tiene sobre todo con intendentes opositores. Tras la conversación, ambos dirigentes compartieron la inauguración de la red de provisión de gas natural para la localidad de Fontezuela. En los discursos hubo algún contrapunto por el tema de la autonomía municipal. Algo diferente a lo que sucedió días atrás cuando el mandatario provincial inauguró el edificio educativo número 100 en lo que va de su gestión. Durante ese acto, en Magdalena, el intendente Gonzalo Peluso -UCR- no ahorró palabras de agradecimiento hacia Kicillof. Si bien dijo que podían no coincidir en muchas cosas, dio a entender que el tiempo político obligaba a mostrar mesura. Luego, en una rueda de prensa con el gobernador al lado cuestionó a la presidenta del PRO, Patricia Bullrich.
En la provincia de Buenos Aires, el gobierno procesó a su forma el llamado al diálogo político con la oposición. Desde que ocurrió el intento de asesinato a la vicepresidenta Cristina Kirchner, el correlato bonaerense fue algo diferente a lo que se vio en la esfera nacional. Por ejemplo, mientras que en el Congreso el PRO votó el repudio por intento de magnicidio y luego se retiró del recinto en la Cámara de Diputados, en la Legislatura hubo discursos de todos los sectores pos votación. Pero el gobierno bonaerense se siente más cómodo hablando -y gestionando- con el radicalismo.
Durante la Misa por la Paz que el Frente de Todos organizó el sábado último en Luján, los referentes de la oposición nacional rechazaron el convite y luego de la ceremonia salieron al cruce por las características de la jornada, a la que tildaron de partidaria. Sin embargo, como dio cuenta Infobae, en la tercera fila se ubicaron los intendentes Franco Flexas (General Viamonte) y Martín Randazzo (General La Madrid): ambos forman parte de la Unión Cívica Radical. Su presencia allí partió por invitación de la ministra de Gobierno bonaerense, Cristina Álvarez Rodríguez.
“Siempre tuvimos buen diálogo con los radicales”, aseguran a este medio desde el entorno del gobernador. En La Plata hay un termómetro sobre la interna de Juntos en el que interpretan que cada vez que el PRO avanza en una posición dura, el radicalismo también “mueve” para no quedar atrás.
La idea de acercarse a la UCR se explica por algunas características. En la provincia hay presencia legislativa del vidalismo, hoy referenciado en el presidente del bloque del PRO y eventual precandidato a la gobernación, Cristian Ritondo, que a veces le complica los planes legislativos al oficialismo. Allí, los puentes son casi nulos. Además, en casi todos sus discursos, el gobernador marca la diferencia con la gestión de María Eugenia Vidal. Lo hizo, incluso, este martes desde Pergamino y con el intendente del PRO al lado.
La gestión pasada, en el debate se vanagloriaba de haber hecho 65 nuevos edificios en cuatro años. Lo que yo puedo decir es que esta gestión en poco más de dos años y medio con una pandemia que dificultó las obras inauguramos en el día de ayer la escuela número 104
Desde el intento de magnicidio a esta parte, hubo otros gestos que también presuponen un acercamiento entre el gobierno provincial y la Unión Cívica Radical. Una foto elocuente se dio ayer en el homenaje por los 100 años del ex gobernador y dirigente peronista, Antonio Cafiero. Fue la del presidente del radicalismo de la provincia de Buenos Aires y titular del bloque de Juntos en la Cámara de Diputados bonaerense, Maxi Abad, que participó de la celebración. Él, junto al intendente de San Isidro, Gustavo Posse, aportaron la presencia de los boinas blancas.
Días atrás, Abad fue uno de los más enfáticos en la sesión de la Legislatura bonaerense en la que se repudió el atentado a la Vicepresidenta. “No es momento de hacer cálculos mezquinos, de sacar una ventaja política. Estos acontecimientos exigen una convocatoria amplia y generosa. Tenemos que defender un valor estratégico que es la democracia. Ahí no puede haber grieta”, fue una parte de su discurso en el que se llevó los aplausos de buena parte del recinto. Por estos días, la foto de Raúl Alfonsín y Antonio Cafiero desde el balcón de la Casa Rosada tras el levantamiento carapintada volvió a circular como mensaje de convergencia deseada. “Agradezco la presencia del radicalismo entre nosotros. Lo que ocurre en nuestro país, fenómeno que también pasa en muchos lugares del mundo…el avance de discursos de odio y violencia tiene que ser detenidos de cuajo. Quiero aprovechar este día para recordar al Cafiero que peleó por la democracia. Le pedimos a toda la dirigencia política que tenga en cuenta su ejemplo”, dijo Kicillof en el homenaje al ex gobernador bonaerense.
Abad aseguró que el llamado al diálogo tiene que ser “en el Parlamento, en forma ordenada y con un temario”, y que “el Gobierno tiene que ser amplio y generoso”. Algo parecido a lo que planteó este martes el presidente de la Convención Nacional de la UCR y gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, al sostener en declaraciones a La Red que “la mejor manera de convocar a un diálogo franco es primero reconocer la responsabilidad histórica que ha tenido el kirchnerismo y desde allí y con una actitud de humildad y reconocimiento de las cosas mal que han hecho poder buscar una lugar de encuentro para los argentinos”.
En terreno bonaerense hay también algunas necesidades políticas y del gobierno de Kicillof que requieren del aval opositor. Hacia fin de año en la Legislatura habrá que votar el Presupuesto 2023, que será el último de la gestión Kicillof, y la Ley Fiscal. Atento a las necesidades que plantearon los intendentes de Juntos en la reunión que mantuvieron días atrás en Balcarce el Ejecutivo se prepara para “atajar”, las demandas de autonomía municipal, obras y más fondos coparticipables que la oposición (PRO y UCR) está puliendo para avanzar en los últimos meses del año.