En un evento cargado de simbolismo y estrategias de proyección política, el gobernador Axel Kicillof regresó este viernes a la ciudad de La Plata con un formato que remite a sus recorridas de 2019. Bajo la consigna de una gran “mateada”, el mandatario bonaerense reunió a miles de vecinos en la emblemática Plaza Malvinas para reforzar su discurso de oposición al gobierno libertario de Javier Milei.
Desde temprano, familias, militantes y curiosos se acercaron al lugar atraídos por la promesa de un encuentro cara a cara con Kicillof. En un pequeño escenario y rodeado por dirigentes locales como el intendente de La Plata, Julio Alak, y otros referentes como Mario Secco y Fabián Cagliardi, el gobernador pidió unidad para enfrentar lo que calificó como las "políticas de ajuste" de Milei.
“Tenemos que construir un frente inmenso que sume a los sindicatos, estudiantes, trabajadores y productores rurales. No podemos permitir que las propuestas de recortes destruyan los derechos que tanto nos costó conquistar”, declaró ante la multitud.
Con su característico estilo cercano, Kicillof revivió el "modo Clío", una estrategia que lo llevó al triunfo en 2019. Aunque ahora desde la gestión, su enfoque mantiene un espíritu similar: recorrer plazas y barrios, lejos de los tradicionales bastiones partidarios. Esta metodología busca fortalecer la conexión con los sectores populares y marcar una diferencia con otros liderazgos peronistas, como el de Máximo Kirchner, con quien mantiene tensiones políticas internas.
El gobernador fue claro en su diagnóstico sobre el desafío electoral que se avecina: “En 2024, votamos si queremos más o menos educación, salud, seguridad y obras. Necesitamos más Estado para garantizar los derechos de nuestro pueblo”. Estas palabras buscan consolidarlo como el líder opositor del peronismo frente al avance libertario, reforzando la idea de que su gestión representa un dique de contención ante las reformas de Milei.
Kicillof también enfatizó la importancia de sumar a todos los sectores en lucha: “Nuestra tarea es organizar y dar voz a quienes son afectados por estas políticas”. Este mensaje no solo busca cohesionar a las bases peronistas, sino también atraer a sectores desencantados y críticos de las medidas propuestas por el gobierno nacional.
Mientras Milei promueve una reducción drástica del Estado bajo el símbolo de la "motosierra", Kicillof se presenta como el defensor de un modelo que recuerda las consecuencias de las políticas neoliberales de los años noventa. Su crítica a la posible privatización de Aerolíneas Argentinas es un ejemplo concreto de su posición: “No vamos a permitir que destruyan lo que pertenece al pueblo argentino”, afirmó con firmeza.
El acto en La Plata deja claro que Kicillof no solo busca consolidarse como el líder del peronismo bonaerense, sino también proyectarse a nivel nacional como un opositor directo a Milei. Su compromiso de recorrer cada plaza y barrio de la provincia refleja su estrategia para mantener una presencia constante y ganar respaldo popular.
En un contexto político polarizado, el regreso al "modo Clío" marca una clara intención de Kicillof: mostrarse como el líder que puede unificar las fuerzas del peronismo y enfrentar los desafíos que plantea el nuevo gobierno. La respuesta multitudinaria en La Plata parece indicar que este camino podría ser el correcto.