En una nueva crisis dentro del PRO, el intendente de Lanús, Néstor Grindetti, renunció a la mesa de conducción de la provincia, un cargo informal que lo ubicaba como un nexo entre los senadores y diputados amarillos y el gobierno de Axel Kicillof.
La ruptura se dio en el marco de una compleja negociación en la Legislatura para llegar al jueves con una serie de acuerdos para ocupar los cargos vacantes en algunos organismos claves del Estado como el directorio del Banco Provincia y el Tribunal de Cuentas de la provincia, que se encuentran paralizados.
Desde el entorno del intendente confirmaron esa ruptura. "Se acuerdan algunas cuestiones entre los actores internos del PRO, pero después cambian de idea. Es imposible liderar esos procesos", dijeron.
La ruptura de Grindetti se da en el marco de fuertes presiones de algunos sectores del PRO para negociar cargos en los organismos de control de la provincia. Se trata de asientos que están vacantes desde 2019 y que corresponden a la oposición. "Él debía garantizar algunos acuerdos que no pudo garantizar. Por eso se fue", dicen diputados del PRO, molestos con el intendente.
Había un principio de acuerdo el lunes para avanzar en la negociación, pero la orden de Mauricio Macri al PRO para que tome distancia del radicalismo tuvo un impacto inmediato en La Plata. El ex presidente pidió que el PRO se diferencie del perfil acuerdista de la UCR, para que Javier Milei no cope la agenda de la derecha.
Macri le pide a los diputados del PRO que no sean acuerdistas pero él no dice nada de que Miguel Ángel Pichetto ocupe un cargo de auditor en la AGN en representación de la oposición.
Macri le pide a los diputados del PRO que no sean acuerdistas pero él no dice nada de que Miguel Ángel Pichetto ocupa un cargo de auditor en la AGN en representación de la oposición", dicen desde adentro del PRO bonaerense. El cargo que ocupa Pichetto es el más importante al que puede aspirar la oposición en un organismo de control nacional.
La negativa del peronismo de votar los candidatos de la oposición para el directorio del Bapro viene generando un fuerte malestar en Juntos. En diciembre pasado, cuando la coalición opositora no lograba consensuar los nombres de su espacio se accedió a votar el pliego que había enviado Kicillof. Ahora, argumentan, el gobierno no está cumpliendo con los acuerdos.
Otro punto central que agitó las aguas dentro del PRO fue la presión del peronismo para votar cambios en la reforma jubilatoria del Banco Provincia, una ley que impulsó María Eugenia Vidal durante su gobierno para aplacar el déficit de la caja de jubilaciones de la banca estatal.
"No hay motivos para aprobar cambios que tendrán un impacto directo en las finanzas de la provincia", dicen desde el PRO. Y agregan que se trata de un compromiso que había asumido Kicillof con La Bancaria durante la campaña de 2019. En ese punto existe además diferencias con el radicalismo quien no mantiene demasiadas objeciones a los cambios que propone el Ejecutivo.
El PRO atravesaba este miércoles una crisis quizás superior a la de diciembre pasado, cuando ese sector de la alianza opositora votó divido los cambios en la ley que limita las reelecciones de los intendentes de la provincia.
Nadie en la Legislatura se anima a pronosticar los alcances de esta crisis dentro del PRO. Jorge Macri abandonó el lugar de negociador con el Ejecutivo para saltar al gobierno porteño. Ahora, Grindetti pegó el portazo. "Nosotros no teníamos conducción, pero teníamos un negociador. Hoy no tenemos ni conducción ni negociador", dijo un senador del PRO.
Sólo queda el radical Maximiliano Abad como articulador entre los legisladores de la oposición, las autoridades del Frente de Todos en la Legislatura y el Ejecutivo provincial.
Un dato curioso es que esta crisis consolida al radicalismo como un sector de Juntos sin mayores diferencias, mientras que el PRO aparece atomizado, con múltiples "jefes" y con varios candidatos peleando por ocupar lugares de poder.
Esta crisis complicó la sesión pautada para mañana en ambas cámaras de la Legislatura. Se pensaba un super jueves para el que se buscaban acuerdos que incluían cargos que reclama la oposición como el directorio del Banco Provincia y lugares vacantes en la Defensoría del Pueblo.
Esta crisis consolida al radicalismo como un sector de Juntos sin mayores diferencias, mientras que el PRO aparece atomizado, con múltiples "jefes" y con varios candidatos peleando por ocupar lugares de poder.
También cargos que reclama Kicillof como el pliego de Federico Thea para asumir en el poderoso Tribunal de Cuentas. Pero, además, se sumaban algunos proyectos importantes para el Ejecutivo, como una nueva reforma jubilatoria para el Banco Provincia y la adhesión al Consenso Fiscal.
Tras las declaraciones de Macri y el portazo de Grindetti, todo parece indicar que las definiciones más difíciles deberán seguir esperando y sólo se votaría la adhesión al Consenso Fiscal.
Aunque por motivos diferentes, la semana pasada, el PRO evidenció otra crisis cuando el posicionamiento de algunos intendentes del interior detrás de la candidatura de Diego Santilli chocó con la postura de un grupo de intendentes que busca consolidar el control político de las definiciones electorales en la provincia.