En los últimos diez días, Rosario registró en promedio un homicidio cada 24 horas y en lo que va del año ya sumaron 90 en medio de la guerra entre pandillas que viene escalando en la violencia con métodos cada vez más crueles donde no se salvan ni los niños como el doble crimen de Marcos Caminos y su bebé de un año acribillados en su auto.
En los barrios más calientes como Tablada o Empalme Graneros, los testimonios de vecinos dan cuenta de niños de entre 12 a 15 años que diariamente se pasean en motos cargando pistolas y ametralladoras, soldaditos cada vez más jovencitos reclutados por las bandas narco para sembrar el terror.
El jueves pasado, una abuela de 75 años que vivió toda su vida en Empalme y estaba en la puerta cuidando a su nietita fue ejecutada a tiros cuando les reclamó a estos jovencitos que no disparen al aire porque había menores. Una decena de balas terminaron con la vida de Magdalena. La nena de nueve años recibió un disparo en la pierna.
En ese contexto, el secretario de Seguridad Jorge Bortolozzi no tuvo mejor idea que irse al menos 10 días a Panamá y Nicaragua donde se realizaba la 41° Convención Distrital del D5 del Club de Leones del cual Bortolozzi es un miembro de jerarquía de la institución internacional.
El viaje del funcionario tomó estado público por los posteos de fotos que hizo su esposa Martha González en su cuenta de Facebook y generó un profundo malestar en la Casa Gris y se ganó el repudio de dirigentes de la oposición:
"Si es cierto que el secretario Jorge Bortolozzi en plena crisis de seguridad pública está de viaje en el Caribe, el gobernador Omar Perotti debería pedirle la renuncia de forma urgente", reclamó el radical Maximiliano Pullaro desde su Twitter.
En cuanto al destino de Bortolozzi, hasta la noche del martes, el gobierno seguía analizando la situación y no había definido su corrimiento de la Secretaría de Seguridad, el número dos del Ministerio
El escándalo que generó las vacaciones de Bortolozzi, que según medios locales había pedido solo tres días de licencia, no es el único problema que atraviesa la organización interna del Ministerio de Seguridad ya que hace tiempo arrastra serios inconvenientes administrativos que han atrasado la adquisición de móviles, armas y tecnología para afrontar la crisis delictiva.
Desde el desembarco de la contadora Ana María Morel en la Secretaría de Coordinación Técnica y Administración Financiera, una de las áreas fundamentales de la cartera que define las compras e inversiones, las licitaciones y compulsas de precios se hicieron eternas.
Es que Morel forma parte del equipo del ministro de Economía Walter Agosto quien es conocido por su reticencia a habilitar partidas a sus colegas de gabinete, un ortodoxo del déficit fiscal que siempre quiso poner un pie en Seguridad. Cuando asumió Marcelo Saín intentó designar a Morel pero el ex funcionario la terminó echando a los pocos días.
En el Ministerio conduce Jorge Lagna desde la salida de Saín se comenta en los pasillos que para que se acelere la compra de patrulleros (en las próximas semanas se esperan que lleguen 500 móviles cero kilómetro), tuvo que intervenir directamente el gobernador Omar Perotti. "Así con cada uno de los temas", se quejan en la cartera.
En cuanto al destino de Bortolozzi, hasta la noche del martes, el gobierno seguía analizando la situación y no había definido su corrimiento de la Secretaría de Seguridad, el número dos del Ministerio.
