El presidente chino Xi Jinping felicitó a Donald Trump por su regreso, pero no tardó en advertir sobre las “consecuencias perniciosas” de una nueva guerra comercial entre China y Estados Unidos. El impacto fue inmediato en los mercados asiáticos: Hong Kong cayó un 2%, y las acciones chinas se deslizaron un 0,5%.
Las reacciones también se sintieron en Europa, con las automotrices alemanas golpeadas ante la posibilidad de altos aranceles. BMW perdió un 6,6% en su cotización, Mercedes-Benz un 6,4% y Volkswagen un 4,3%. Un escenario de aranceles agresivos podría complicar a la industria europea, según alertó el banco ING.
Las recientes políticas comerciales de Trump aumentan la incertidumbre en la eurozona, en especial para el sector automotriz. La Comisión Europea ya impuso aranceles provisionales de hasta el 38% a las importaciones de autos eléctricos chinos, medida que podría elevar los precios y afectar a los consumidores.
Pekín respondió con aranceles adicionales a productos europeos de lujo y lácteos, advirtiendo que tales decisiones solo exacerban las tensiones. Expertos señalan que una prolongada guerra comercial podría arrastrar a la eurozona a una recesión en 2025, un escenario que ya comenzó a inquietar a los mercados.
La postura de Trump en su primera presidencia ya trajo aranceles a productos chinos por $360 mil millones, lo cual afectó las relaciones bilaterales y llevó a acuerdos forzados. Sin embargo, desde entonces, la situación se ha deteriorado, con Pekín y la UE en constante conflicto por prácticas comerciales “desleales” y subsidios a energías renovables.
Tanto en la Unión Europea como en Estados Unidos temen una inundación de productos chinos en el mercado global, lo cual presionaría a la baja los precios y aumentaría el desempleo en sectores clave. Analistas señalan que el proteccionismo comercial impacta directamente en la competitividad de ambos bloques.