Donald Trump plantea la posibilidad de regresar a la Casa Blanca en 2024, generando inquietud y cierta aceptación entre los ejecutivos de grandes empresas estadounidenses. Mientras algunos se muestran alarmados por la perspectiva de "Trump 2", otros ven en ello una oportunidad de comercio caótico.
Aunque muchos directivos han mantenido una relación incómoda con Trump, distanciándose de sus posturas más extremas, algunos empresarios consideran positivas las políticas económicas del expresidente. Sin embargo, la realidad económica actual difiere de su primer mandato, planteando desafíos como la inflación, el mercado laboral tenso y un presupuesto en peor forma.
Si Trump retorna, los líderes empresariales planean adoptar un perfil bajo, evitando la politización y centrándose en sus operaciones. A pesar de ciertos descontentos con Joe Biden, hay preocupaciones sobre cómo la "Trumponomics" podría afectar negativamente a la economía estadounidense y a las empresas, especialmente en un contexto de incertidumbre.
A largo plazo, la idea de que los beneficios empresariales pueden aislarse de la agitación social es cuestionable. Si Trump corrompe la política estadounidense y las empresas se benefician, existe el riesgo de un descrédito del capitalismo y un aumento del atractivo del socialismo. Un segundo mandato de Trump, antes impensable, ahora plantea interrogantes sobre el futuro económico y político de Estados Unidos.