El Movimiento de Apertura Democrática (MAD), el partido que el peronismo de Río Negro utilizó para participar en elecciones cuando no podía resolver internas, emerge como una alternativa en algunos municipios que renuevan sus autoridades en 2023. La fuerza que tiene su base en esta ciudad, pero con representación en diversos centros urbanos, alcanza notoriedad ante la necesidad de la familia Soria de conformar un sello para competir el año que entra ante la crisis que despieza al PJ rionegrino. Lo que antes era una solución para el justicialismo roquense, hoy reaparece como un problema.
La intendenta María Emilia Soria debe sortear los cortocircuitos que se produjeron con la actual conducción del consejo peronista provincial. Enfrentada al senador Martín Doñate, de influencia en la presidencia del PJ Río Negro, aspira a resolver esta encrucijada legal de la mejor forma para no sufrir hasta última hora por conseguir un partido para buscar otro mandato. El dato es que este obstáculo aparece luego de romper la alianza que su padre, Carlos Soria, había gestado con el MAD en el inicio de su gestión hace décadas.
Nacido a principios de los 2000, cuando se fracturó el radicalismo local, el MAD fue un aliado del fallecido gobernador. Cultor de acuerdos para robustecer el mandato, Soria padre sumó músculo con un espacio que empezaba a avanzar como propuesta rionegrina. En 2009, el partido que actualmente encabeza el exsecretario de bloque del peronismo en el Concejo Deliberante de Roca y exdirector de Tránsito de la ciudad hasta 2021, Diego Iraldi, obtuvo reconocimiento provincial. Eso le dio importancia frente al peronismo roquense, que lo utilizaba como rueda de auxilio en instancias comprometedoras.
El caso más resonante fue el de San Carlos de Bariloche, en 2015, cuando la legisladora María Eugenia Martini, entonces intendenta, ante la imposibilidad de superar la interna local del PJ, definió presentarse a su reelección con el sello del Frente para la Victoria (FpV) gracias a la opción del MAD y otras fuerzas como el Frente Grande y Kolina.
Una misma opción podría presentarse en Roca este año, pero la salida de Iraldi del gabinete municipal el año pasado complicó todo. Dueño de la llave para una alianza, lejos de la intendenta, Iraldi convocó a un congreso de su partido en el que se definió estar lejos “de los partidos nacionales”, en una muestra de ruptura con el sorismo y poniéndole un límite al PRO o al radicalismo. La reunión, que se dio a principios de mes en Viedma, aclaró un panorama que parecía incierto luego de la ruptura con la jefa roquense y le abrió la puerta a un pacto con Juntos Somos Río Negro (JSRN), el oficialismo que asoma como favorito para retener la gobernación con Alberto Weretilneck a la cabeza de la lista, consignó el portal letra p.
"Se están sumando vecinos y vecinas en varias ciudades y esto nos permite estar cada vez más afianzados en esta mirada provincial. En cada reunión que tenemos, aparecen proyectos muy interesantes”, machacó Iraldi aquel día. Las diferencias que lo alejaron de la comuna del Alto Valle persisten y ratificó la idea de ir con representantes en Roca, Viedma y Chimpay.
En una encrucijada, y como parte del panperonismo, la resolución del MAD expone las falencias de la intendenta de Roca para disputar la intendencia el año próximo. Sea con el sello del PJ o con el nuevo partido para el que busca reunir avales, deberá transitar un sinuoso camino para ser candidata y retener el poder municipal.