El oficialismo de la DAIA ganó las elecciones, con Mauro Berenstein imponiéndose a Darío Epstein, quien representaba la oposición vinculada a Javier Milei y Patricia Bullrich. Berenstein logró 85 votos frente a los 75 obtenidos por Epstein.
Berenstein alcanzó la presidencia en medio de una disputa interna, tras la renuncia de Marcos Cohen, Vice 1° de la DAIA, en medio de denuncias de extorsión. La renuncia de Cohen dejó un vacío en la lista, favoreciendo a Berenstein como candidato oficialista.
A pesar de las tensiones previas, Berenstein hizo un llamado a la unidad dentro de la DAIA. Los intentos por llegar a un consenso entre los diferentes sectores no lograron evitar la competencia interna, especialmente por la negativa de Epstein a ceder el primer lugar en la lista.
Epstein, identificado con la vertiente ultraortodoxa Jabad Lubavitch, contó con el apoyo de figuras como Patricia Bullrich y su esposo Guillermo Yanco. Berenstein, por su parte, recibió respaldo de figuras comunitarias clave como Alejandro Avruj y Waldo Wolff.
Parte de la comunidad judía se mostró preocupada por el vínculo de Epstein con Milei. Existen temores de que una mala performance política de Milei pueda afectar la imagen de la DAIA, que busca distanciarse de los libertarios y su reciente conversión al judaísmo.
La elección también reflejó el desgaste del oficialismo dentro de la DAIA, que estuvo bajo la presidencia de Jorge Knoblovits durante dos periodos consecutivos. La victoria de Berenstein marca una renovación y un intento de consolidar el liderazgo comunitario en un contexto político tenso.