VISIÓN POLÍTICA

La interna del peronismo bonaerense, marcada por la pugna entre La Cámpora y Jorge Ferraresi, se traslada ahora al terreno de las infraestructuras. El intendente de Lanús, Julián Álvarez, en representación de su municipio y en alianza con Quilmes, ha denunciado el deterioro de las calles de ambos distritos debido al intenso tránsito de camiones hacia el Puerto de Dock Sud.

Álvarez, quien integra el directorio portuario, exige al consorcio que administra Dock Sud, donde Ferraresi tiene una influencia significativa, que se haga cargo de las reparaciones. El intendente camporista ha calificado esta situación como una "deuda histórica" y ha propuesto una red de tránsito pesado para mitigar el impacto en las vías locales.

Por su parte, fuentes del consorcio portuario argumentan que no es competencia de esta entidad intervenir en infraestructuras municipales o provinciales. Además, señalan que el puerto no cuenta con los recursos necesarios para realizar inversiones fuera de su ámbito.

Esta nueva disputa se suma a las tensiones previas entre ambos sectores del peronismo bonaerense, que ya se habían manifestado en la renovación de la concesión a Exolgan, principal operador del puerto de contenedores. Álvarez había cuestionado el proceso y propuesto una licitación internacional, pero finalmente se impuso la postura de Ferraresi.

El conflicto entre La Cámpora y Ferraresi, con el puerto de Dock Sud como escenario, pone de manifiesto las profundas divisiones internas del peronismo bonaerense y sus implicancias en la gestión de infraestructuras clave para la economía provincial.