Raúl Jalil buscó apoyo en la Casa Rosada después de sufrir las consecuencias del respaldo polémico que otorgó al veto de Javier Milei a las universidades. Sin embargo, nadie en la primera o segunda línea del gobierno libertario se molestó en escucharlo. Ni Milei, ni su hermana Karina, ni el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ni el influyente asesor Santiago Caputo considerarán oportuno agradecerle su sacrificio al mantener a su diputada, Fernanda Ávila, encerrada en su despacho durante la sesión del veto, lo que permitió que la decisión de Milei no cayera.

En lugar de una audiencia con figuras clave del gobierno, Jalil tuvo que conformarse con un café con Lisandro Catalán, funcionario de menor rango en la Jefatura de Gabinete. La situación se volvió aún más tensa debido al escandaloso refugio de Ávila en su oficina, mientras sus 98 compañeros del bloque peronista intentaban salvar la ley de financiamiento universitario. "Es el último gesto", se rumorea en Catamarca que Jalil le transmitió a Catalán, aunque voceros de la Jefatura no confirmaron esta versión.

La apresurada visita de Jalil a la Casa Rosada incomodó a la cúpula libertaria, siempre alerta para evitar ser percibida como parte de la "casta". "Es muy raro que un gobernador que sacrificó a una diputada un miércoles para ayudar a Milei a pasar por la Rosada al otro día", comentó irónicamente desde un despacho peronista en el Congreso.

A pesar de la reunión, el funcionario que depende de Guillermo Francos solo escuchó los planteos del mandatario catamarqueño sin ofrecer respuestas concretas. "Hablaron de política", se limitaron a comentar en la planta baja de Balcarce 50. Jalil esperaba que el círculo cercano a Milei comprendiera el costo que había pagado a Ávila, pero la cita parece haber tenido un impacto menor para el oficialismo. Desde la Jefatura de Gabinete se limitó a aclarar que la reunión ocurrió "porque Jalil andaba por Buenos Aires", lo que sugiere un intento de minimizar la importancia del encuentro.

Cristina Kirchner también se refirió a Ávila en un posteo de Twitter, señalando que de los 99 diputados que conforman el bloque de UxP (principalmente peronistas), 98 cumplieron con su mandato, insinuando que Jalil y Ávila habrían traicionado a sus contrarios. En respuesta, el peronismo de Catamarca rechazó el apoyo de Ávila al veto, afirmando: "No nos votaron para eso".

La diputada también fue objeto de críticas en el recinto por parte de la diputada bonaerense Agustina Propato, y hacia el final de la reunión del bloque peronista, surgió un debate interno sobre la posible expulsión de aquellos diputados que se aparten de la bancada en cuestiones fundamentales como el financiamiento de las universidades. Por el momento, la discusión sigue abierta.