El peronismo santafesino atraviesa una de sus peores crisis internas en años. Tras el reciente Congreso del PJ, que terminó en caos y con acusaciones cruzadas, el partido quedó fracturado en cuatro sectores, dejando en evidencia las tensiones acumuladas. Pero, ¿cómo se llegó a este punto?
El eje del conflicto fue la conformación de la lista de convencionales constituyentes, quienes deberán analizar la reforma de la Constitución provincial propuesta por el gobernador Maximiliano Pullaro. Mientras algunos sectores pedían libertad de acción para hacer alianzas y presentar listas propias, otros rechazaban esta idea. La sesión, presidida por Luis Rubeo, terminó con tres espacios abandonando el plenario: el Movimiento Evita, liderado por Eduardo Toniolli; Activemos, de Marcelo Lewandowski; y Hacemos Santa Fe, controlado por el exgobernador Omar Perotti.
“La mesa de Acción Política iba a decidir todo sin consenso, incluyendo a figuras como Perotti, quien dio los votos a Pullaro para avanzar con la reforma”, comentaron desde La Cámpora, uno de los sectores más críticos.
El camporismo, encabezado en Santa Fe por Florencia Carignano, se mostró dividido. Mientras algunos, como Marcos Cleri, se alinearon con la conducción oficial, Carignano criticó duramente la falta de transparencia y se abstuvo en votaciones clave. En sus redes sociales, marcó distancia con los líderes del congreso y exigió una renovación interna.
Por su parte, el rossismo, liderado por Agustín Rossi, intenta contener las fracturas. “Todos sabían qué se iba a discutir. No hubo sorpresas”, aseguraron desde su espacio, minimizando las denuncias de imposiciones.
La eliminación de las PASO en la elección de convencionales constituyentes es vista como una jugada estratégica de Pullaro, en alianza con Perotti, para desestabilizar al PJ. “Sin un mecanismo claro de ordenamiento, las tensiones internas solo crecen”, coinciden analistas políticos locales.
La posibilidad de alianzas por fuera del partido también está sobre la mesa. El espacio de Perotti, junto con el Movimiento Evita y Activemos, podría presentar una lista alternativa en las próximas elecciones. Esta fractura podría dejar al PJ debilitado frente a otros partidos.
Con la fecha límite del 7 de febrero para presentar las listas de convencionales, las próximas semanas serán clave. Desde el rossismo intentan mantener el diálogo, pero las diferencias parecen irreconciliables.
Mientras tanto, el caos interno del PJ refleja un problema más amplio en el peronismo a nivel nacional: la falta de un liderazgo unificador. Con múltiples conflictos en distintas provincias, el panorama para el 2025 se perfila complejo. ¿Podrá el peronismo santafesino superar sus divisiones antes de las elecciones?