¿Qué pasa cuando los que deberían estar del mismo lado se tiran con todo? En la provincia de Buenos Aires, el clima entre Carlos Bianco, Andrés Larroque y La Cámpora está que arde. Y si te estás preguntando por qué hay tanta tensión interna en el peronismo bonaerense, seguí leyendo porque esto recién empieza.
El ministro de Gobierno, Carlos Bianco, fue al hueso: dijo que hay legisladores que se dicen oficialistas pero que no bancan al gobernador. “Si el gobernador dice ‘A’ y su bloque dice ‘No A’, entonces no es oficialista”, disparó en una entrevista con El Destape. Pero no se quedó ahí: también acusó a algunos diputados y senadores de presentar proyectos que van directamente en contra de lo que propone Axel Kicillof.
La crítica apunta con nombre y apellido: La Cámpora, la agrupación que responde a Máximo Kirchner. Según Bianco, el bloque cercano al "cristinismo" no solo se desmarca del gobernador, sino que insiste con ideas como mantener las PASO y la elección conjunta en las legislativas, justo cuando Kicillof decidió lo contrario por decreto.
El que también se metió fuerte en el tema fue Andrés Larroque, ministro de Desarrollo Social. Esta semana levantó polvareda al reclamar, sin vueltas, que los legisladores provinciales “respondan al gobernador”. En sus palabras: “Necesitamos legisladores oficialistas que acompañen a Kicillof en la Legislatura”.
Pero lo más picante vino después. Larroque apuntó directo al núcleo duro de Máximo Kirchner dentro de La Cámpora: “No estamos discutiendo a Cristina, estamos discutiendo a la bandita de Máximo, al grupito”. Y aclaró que no es contra toda la organización, sino contra ciertos referentes que, según él, se oponen a todo lo que sale desde el Ejecutivo provincial.
Con este nivel de internas, el peronismo bonaerense muestra que hay más diferencias de las que se ven a simple vista. Aunque están todos bajo el mismo paraguas político, los cruces entre Bianco, Larroque y el sector de Máximo Kirchner reflejan una pelea por el control, por la estrategia electoral y, sobre todo, por quién marca la línea dentro del espacio.
¿Y ahora qué? La pregunta queda abierta. Porque mientras el gobernador busca consolidar poder en la Legislatura, el bloque que debería apoyarlo parece cada vez más dividido. ¿Se calmarán las aguas o esto recién arranca?