La decisión de Axel Kicillof de suspender sus actos políticos en Mar del Plata, San Nicolás y Junín generó sorpresa en el peronismo bonaerense. Esos encuentros estaban pensados para empezar a diagramar una nueva línea interna dentro del movimiento. Sin embargo, el gobernador eligió priorizar el débil puente de diálogo que mantiene con Cristina Kirchner, en un momento clave donde debe definir si avanza con el desdoblamiento electoral en la provincia de Buenos Aires.
La cancelación de los actos es interpretada como una señal de buena voluntad. En el peronismo saben que una división los deja en desventaja ante los libertarios. El contacto entre Kicillof y Cristina Kirchner se mantiene a través de interlocutores, con Sergio Massa y Máximo Kirchner como figuras centrales en la negociación. También participan intendentes y dirigentes del gobierno bonaerense.
Sin embargo, el distanciamiento entre el gobernador y la ex presidenta es profundo. La discusión de fondo es la elección presidencial de 2027, aunque la legislativa de este año se vuelve un test de fuerzas. Por eso, quienes buscan recomponer el vínculo proponen postergar cualquier definición sobre el futuro político hasta después de los comicios.
Uno de los puntos de tensión entre Kicillof y el kirchnerismo es la definición de las listas de legisladores provinciales. En La Plata recuerdan con malestar que en junio de 2023, cuando el gobernador buscó su reelección, no le dejaron lugar en las listas.
Ahora, tanto desde el sector de Cristina Kirchner como desde el de Sergio Massa, reconocen que es justo que Kicillof tenga incidencia en las listas seccionales. El armado legislativo es clave porque los primeros lugares en las boletas definirán quién lidera la propuesta peronista en la elección provincial.
Un dato que circula en el peronismo es que Cristina Kirchner podría ser candidata a diputada por la provincia de Buenos Aires. En ese escenario, aceptaría el desdoblamiento de la elección provincial. El argumento de Kicillof es que la nueva ley de Boleta Única ya genera, en los hechos, una separación entre los comicios nacionales y provinciales.
Sin embargo, la discusión interna sigue abierta. En La Cámpora no cayó bien un simulacro de votación concurrente que hizo la gestión bonaerense en enero. Ese informe arrojó que cada elector tardaría más de tres minutos en votar, un tiempo muy superior al habitual. Para el sector de Kicillof, ese dato justifica la necesidad de desdoblar los comicios.
En las últimas horas, el Frente Renovador propuso votar en noviembre, pero la idea no tuvo respaldo dentro del peronismo. Un intendente ironizó diciendo que era "una solución massista para los problemas kirchneristas".
Mientras tanto, los armadores políticos siguen moviendo fichas. Los ministros Andrés Larroque y Carlos Bianco, junto con los intendentes Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Mario Secco (Ensenada), impulsan un "axelismo" con mayor independencia de Cristina Kirchner.
Por su parte, en La Cámpora también hay posturas encontradas. Mientras la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, mantiene una postura dura, Fernanda Raverta juega un rol más conciliador. La ex titular de la Anses fue una de las pocas dirigentes que se mostró junto a Kicillof en el acto del PJ bonaerense de Moreno, cuando el kirchnerismo marcaba distancia con el gobernador.
El peronismo bonaerense enfrenta horas clave. La decisión de Axel Kicillof de suspender sus actos políticos impactó en el armado interno y expuso las tensiones con el kirchnerismo. La gran pregunta es si este gesto será suficiente para recomponer la relación con Cristina Kirchner o si, por el contrario, marcará el inicio de un nuevo reordenamiento dentro del peronismo provincial.