¿Por qué renunció todo el gabinete de Daniel Passerini? La respuesta revela mucho más que una simple movida política. Detrás de esta decisión extrema se esconde una fuerte interna entre la Municipalidad de Córdoba, la Provincia y el círculo cercano al gobernador Martín Llaryora. El futuro del poder local está en juego, y todavía nada está definido.
Daniel Passerini pidió la renuncia de sus 580 funcionarios, desde secretarios hasta directores generales. La orden fue clara y sin matices. La Municipalidad de Córdoba Capital atraviesa una crisis financiera profunda, con múltiples causas: deuda heredada, caída de la recaudación, cero subsidios nacionales al transporte y un aumento constante en la demanda social y sanitaria. Con este panorama, el intendente decidió resetear su gestión.
Pero el conflicto no es solo económico. La semana pasada, Guillermo Acosta, ministro de Finanzas de la Provincia, anunció que enviaría a un funcionario propio para auditar la caja municipal. ¿Por qué? Porque el gobernador Martín Llaryora está por aprobar un salvataje financiero, pero quiere garantías. Ese movimiento dejó a Passerini en una posición muy delicada.
Ahora, con el rearmado del gabinete, el intendente intenta recuperar la iniciativa. Se trata, según su entorno, de una "reestructuración" que lo dejará con más poder real. Pero para los llaryoristas —el círculo del gobernador— esto fue un "manotazo de ahogado". En otras palabras, creen que Passerini está intentando salvarse solo, mientras desde la Provincia ya están metiendo mano.
Uno de los cambios clave es la salida de Guillermo Pizarro, número dos de Finanzas municipal, quien será reemplazado por Matías Vicente, un hombre de confianza de Guillermo Acosta. Desde el entorno de Passerini niegan que sea una intervención y aseguran que fue "consensuado". Aun así, el nuevo nombre refuerza la presencia de Llaryora en la gestión capitalina.
Detrás de escena, también se juega la interna peronista. Los gremios Suoem (empleados municipales) y Surrbac (recolectores) están atentos. Tienen memoria: durante la intendencia de Llaryora, perdieron poder. Ahora, si hay desorden o vacío de poder, podrían intentar recuperar terreno.
En los pasillos del Palacio 6 de Julio, nadie lo dice en voz alta, pero todos lo piensan: ¿se está rompiendo el pacto entre Llaryora y Passerini? Algunos creen que el gobernador está buscando marcarle la cancha al intendente, y otros sostienen que es un acuerdo nuevo, con roles más definidos. La verdad, por ahora, es un signo de pregunta.
¿Qué va a pasar en Córdoba? Las próximas semanas van a ser clave. Si el nuevo gabinete de Daniel Passerini logra estabilizar la gestión, será una victoria propia. Pero si los movimientos responden más a Martín Llaryora que al intendente, quedará claro quién tiene la última palabra.