El proceso para elegir al sucesor de Francisco ya está en marcha, aunque el cónclave, la reunión formal de los cardenales para votar al nuevo papa, no se llevará a cabo hasta 15 o 20 días después de su muerte. A pesar de este plazo, los cardenales ya comenzaron a debatir en secreto sobre quién será el próximo líder de la Iglesia Católica. Y todo esto ocurre en un lugar emblemático: la Capilla Sixtina, famosa por las pinturas de Miguel Ángel.
Entre los cardenales más influyentes en este proceso destaca Leonardo Sandri, prefecto emérito del Dicasterio para las Iglesias Orientales y un hombre de confianza de Francisco. Designado por Juan Pablo II, Sandri fue, en sus primeros años, un crítico de Bergoglio, pero con el tiempo se acercó a él, convirtiéndose en uno de sus principales aliados.
De acuerdo con fuentes cercanas al Vaticano, Sandri está jugando un rol clave en este proceso. Él no solo tiene mucha experiencia dentro del Vaticano, sino que también es el principal defensor de la línea de Francisco. A diferencia de otros cardenales como Victor "Tucho" Fernández, quien se destaca por su ideología teológica, Sandri sabe cómo moverse en el complicado entorno del poder vaticano.
El futuro papado se debate entre varias opciones. Por un lado, está la línea europea, que incluye a Matteo Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal de Italia, y Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano. Parolin, con 70 años, tiene fuertes vínculos con los cardenales latinoamericanos, lo que podría jugar a su favor a la hora de conseguir votos.
Por otro lado, se encuentra la posibilidad de elegir a un papa del "Sur global", es decir, de un país fuera de Europa o Estados Unidos. En este sentido, el cardenal filipino Luis Antonio Tagle suena como uno de los principales candidatos. Conocido como "el Francisco asiático" por su estilo pastoral y cercano, Tagle ha sido designado por Francisco como Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, una de las posiciones más influyentes en la Curia Romana.
La elección de un papa de Asia sería una continuación de la visión de Francisco, quien siempre destacó la importancia del continente asiático para el futuro de la Iglesia. En su papado, Francisco avanzó en las relaciones con China, buscando mejorar el diálogo con el régimen comunista. Un papa proveniente de Asia consolidaría esa estrategia, subrayando el papel crucial de esta región en el futuro de la Iglesia Católica.
El debate sobre quién será el sucesor de Francisco no es algo que haya comenzado tras su fallecimiento. De hecho, los cardenales leales a Francisco ya estaban discutiendo estos temas con antelación. En octubre, durante el Sínodo sobre Sinodalidad, 54 cardenales que tienen voto en la elección de un nuevo papa se reunieron, fortaleciendo así la línea de Francisco para el futuro de la Iglesia.
El cónclave está a punto de comenzar, pero los cardenales ya tienen claro qué camino seguir. ¿Será Leonardo Sandri quien guíe a la Iglesia, o será un papa proveniente del "Sur global"? Solo el tiempo lo dirá, pero lo que es seguro es que la influencia de Francisco seguirá marcando el rumbo del Vaticano.