El gigante iceberg A23a, que se separó de la Antártida en 1986, está a la deriva hacia las aguas antárticas, según el British Antarctic Survey.
El bloque de hielo, que tiene unas tres veces el tamaño de la ciudad de Nueva York, se está desplazando por las corrientes oceánicas hacia las islas subantárticas de Georgia del Sur.
Existe la posibilidad de que el iceberg vuelva a encallar en la isla, lo que supondría una amenaza para uno de los ecosistemas más importantes del mundo.
Georgia del Sur alberga millones de pingüinos macaroni, papúa y rey, así como focas, albatros y otros animales excepcionales. De las 30 especies de aves que crían allí, 11 están consideradas amenazadas o casi amenazadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Sin habitantes humanos permanentes, la isla presenta niveles de biodiversidad comparables a los de las islas Galápagos.
El colosal iceberg A23a amenaza con provocar una catástrofe en este paraíso natural, ya que podría impedir que animales como focas, pingüinos y aves marinas se alimenten en las aguas circundantes.
En 2020 surgieron preocupaciones similares después de que otro enorme iceberg, el A68, empezara a dirigirse hacia la isla. Sin embargo, se evitó el desastre, ya que el iceberg se dividió en trozos más pequeños.
Los científicos aún no saben con certeza si el A23a también se dividirá. Sin embargo, el iceberg ya ha causado algunos daños, al bloquear el paso de barcos por el mar de Weddell.
El director del British Antarctic Survey, John Turner, dijo que el A23a es un "recordatorio de los cambios que se están produciendo en la Antártida".
El iceberg más grande del mundo, denominado A23a, ha comenzado a desplazarse de nuevo luego de haber pasado más de 30 años encallado en el fondo del océano.
— NMás (@nmas) November 29, 2023
“Estaba encallado desde 1986, pero con el tiempo iba a perder tamaño de manera suficiente como para perder agarre y… pic.twitter.com/nKjz6Y0Z3u
"Los icebergs son una parte natural del sistema antártico, pero el aumento del calentamiento global está provocando que se rompan más rápido y en tamaños más grandes", dijo Turner.
"Esto está aumentando el riesgo de que causen daños a la vida marina y a las infraestructuras costeras", añadió.