VISIÓN POLÍTICA

Científicos han observado durante mucho tiempo que las personas que siguen una alimentación saludable tienden a tener cerebros más saludables a medida que envejecen, lo que se traduce en menores probabilidades de desarrollar demencia. Ahora, nuevos hallazgos sugieren que dietas como la mediterránea o la DASH, conocidas por ser beneficiosas para la salud del corazón, podrían estar vinculadas a un envejecimiento biológico más lento, ofreciendo protección adicional al cerebro.

Un reciente estudio publicado en la revista Annals of Neurology y liderado por Aline Thomas, investigadora postdoctoral en el Instituto Taub de Investigación sobre la Enfermedad de Alzheimer y el Envejecimiento del Cerebro de la Universidad de Columbia, analizó décadas de datos del Estudio del Corazón de Framingham, iniciado en 1971. Los investigadores se enfocaron en más de 1.600 participantes de la segunda generación del estudio, recopilando información sobre sus dietas y los resultados de pruebas neurocognitivas realizadas cada cuatro a siete años. Un total de 160 participantes desarrollaron demencia durante el estudio.

El autor principal del estudio, Daniel Belsky, profesor asociado de epidemiología en la Facultad de Salud Pública de Columbia, explicó que, en lugar de centrarse en cómo los nutrientes específicos afectan al cerebro, la investigación se basó en la hipótesis de que una dieta saludable podría proteger contra la demencia al ralentizar el ritmo general de envejecimiento biológico del cuerpo.

Para medir el envejecimiento celular, los investigadores utilizaron un "reloj epigenético" llamado DunedinPACE, desarrollado por Belsky y otros investigadores en la Universidad de Duke. Este reloj rastrea los procesos biológicos del envejecimiento en el cuerpo a lo largo del tiempo.

Los resultados mostraron que aquellos que seguían de cerca la dieta de la Intervención Mediterránea para el Retraso Neurodegenerativo (MIND) experimentaron un envejecimiento más lento según DunedinPACE, así como menores probabilidades de demencia y muerte prematura. Calculan que aproximadamente el 27 por ciento de la asociación entre una dieta saludable y un menor riesgo de demencia puede atribuirse a un envejecimiento más lento.

La dieta MIND combina elementos de la mediterránea y la DASH, enfocándose en granos integrales, verduras, frutos secos, legumbres, pescado y carnes magras, mientras evita las carnes rojas, los alimentos azucarados y ricos en grasas saturadas y trans.

A pesar de estos hallazgos alentadores, Thomas señaló que aún queda mucho por aprender sobre la relación entre un estilo de vida saludable y la salud del cerebro.