Editorial: Ante la ley, o la legión de idiotas

Adrian Parisi , Director de VisionPolitica.info

17-09-2022 - Por Adrián Parisi

Las democracias, como las conocimos hasta el 11 de Septiembre de 2001, sufrieron el tsunami de la “Pax Americana”, la caída de las punto.com y el auge de las redes sociales, y por ende su inexorable quiebre como sistema.

Fue Umberto Eco quien mejor definió el papel que juegan las redes sociales en nuestra época, afirmando que "les dan espacio a legiones de idiotas". Algo de eso observamos a diario, cuando desde el periodismo nos alimentamos de supuestos contenidos creados a la luz de la ignorancia que pulula en un mundo lumpen, atraídos por la inmediatez, despojados de raciocinio y despersonalizados. Convirtiéndose en parte de un enjambre con dinámica propia, pero dominada por quienes poseen los instrumentos para influir en la corriente de opinión de manera quirúrgica. 

Tom Clancy, aclamado autor norteamericano, solía inferir que la falla de origen del sistema era, a la vez, su principal fortaleza. La noción de vivir libres en comunidad gobernados por un conjunto de leyes no dictadas por un monarca, sino por representantes del pueblo que además fueran quienes se encargaran de velar por su cumplimiento.

 

Fue así, como la idea occidental de terrorismo se creó, identificando a los que por fuera del sistema intentaban modificarlo o suplantarlo.

Pero qué sucedería con quienes, haciendo uso de las herramientas constitutivas de la democracia, actuasen como un virus, necrotizando el tejido social mediante el verbo y la acción, llevando a otros a imitarlos mediante engaños y tergiversaciones.

Pues el Siglo XXI está lleno de infiltrados, decididos a exterminar la noción de comunidad, la idea sobre la que nuestros ancestros pusieron todas sus esperanzas, la pluralidad en la diversidad. 

 

Se comete un error cuando se identifica a personajes menores como portadores de una idea; son sólo peones de un tablero que ellos no controlan, aun cuando se muestran violentos están demostrando su principal vulnerabilidad, el vacío conceptual que, hasta ahora, nuestra dirigencia política no ha sabido utilizar para neutralizar la más formidable amenaza que la humanidad, gobernada por un plexo legislativo ideado por sus propios habitantes, haya enfrentado.

La ley, escribió Franz Kafka, tiene una puerta; si nos detenemos por el miedo a las pulgas que portan quienes se interponen a la noción de una comunidad organizada, pereceremos y no seremos dignos de aquellos que dieron su vida para construir naciones, imperfectas, con fallas inherentes a los procesos históricos que cada sociedad tuvo que atravesar. 

 

En nuestro caso, es hora que entendamos la importancia de este momento de nuestras vidas, y seamos actores decididos y no víctimas de pulgas que se regodean en el pelaje que cae de un animal, al que el destino le dio la oportunidad de dar nuevamente la batalla contra la oscuridad, que representan la legión de idiotas frente a un celular.