En un giro político y gremial que marca el rumbo del sindicalismo bonaerense, Hugo Moyano, histórico líder de Camioneros, decidió regresar a la conducción de la CGT desde su emblemática mesa chica. La movida consolida el liderazgo de Octavio Argüello como representante del gremio en el triunvirato que liderará la central obrera hasta noviembre de 2025. Este nuevo capítulo se presenta como un desafío tanto para Moyano como para la CGT en el contexto de un sindicalismo que busca dialogar con el Gobierno de Javier Milei.
La decisión de Moyano fue confirmada este lunes tras una reunión con referentes de la CGT en la sede de Camioneros. Este movimiento responde no solo a una necesidad estratégica del gremio, sino también a razones personales: su esposa, Liliana Zulet, habría sido determinante al sugerirle no asumir un rol más expuesto que afecte su salud.
Octavio Argüello, hombre de confianza del líder camionero, ocupará un lugar en el triunvirato junto a Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (Estaciones de Servicio). Este reemplazo de Pablo Moyano, quien renunció semanas atrás por discrepancias con la mesa chica, marca un cambio en la impronta del sindicato. Ahora, la central obrera apuesta a una postura más negociadora, alineada con los sectores dialoguistas.
Argüello, nacido en Loma Hermosa en 1962, cuenta con una extensa trayectoria gremial y política. Su vínculo con Moyano se remonta a los años 80, cuando lideraba a los trabajadores de recolección de residuos en Tres de Febrero. Su perfil combina experiencia legislativa —como diputado nacional entre 2007 y 2011— con una militancia sindical que lo posiciona como figura clave en el reordenamiento de la CGT.
El dirigente, cercano a sectores del Frente de Todos, se ha mostrado dispuesto a tender puentes con diversos actores políticos, lo que lo convierte en un interlocutor confiable tanto para el oficialismo como para los empresarios convocados por el gobierno de Milei.
El regreso de Moyano a la CGT redefine las dinámicas de poder dentro del sindicalismo argentino. Su incorporación a la mesa chica, junto a dirigentes de peso como Andrés Rodríguez (UPCN) y Gerardo Martínez (UOCRA), fortalece al sector dialoguista. Esta unidad podría debutar con acciones concretas en el Consejo del Salario, previsto para el 19 de diciembre, donde la CGT buscará acuerdos clave en un escenario económico complejo.
La movida también beneficia al Gobierno de Javier Milei, que necesita estabilizar las relaciones laborales en medio de su plan de reformas económicas. Con una CGT más negociadora y menos confrontativa, el Ejecutivo espera facilitar la implementación de sus políticas, mientras el sindicalismo busca mantenerse relevante en un contexto de cambios drásticos.
El liderazgo de Argüello y el retorno estratégico de Moyano marcan un viraje en el sindicalismo bonaerense. La CGT, sin la oposición frontal de Pablo Moyano, abre un nuevo capítulo caracterizado por el diálogo, la contención interna y la búsqueda de consenso.
Este martes, en la sede de la UOCRA, Moyano será formalmente recibido en la mesa chica, sellando un pacto que busca garantizar estabilidad gremial y política. Así, comienza una nueva etapa para el movimiento obrero argentino, donde la negociación podría ser la clave para enfrentar los desafíos que vienen.