La historia reciente de la política argentina tiene un capítulo clave que podría repetirse en el 2025. Un escenario que involucra a Néstor Kirchner y a Eduardo Duhalde, quienes, hace más de dos décadas, protagonizaron una disputa interna que definió el rumbo del peronismo durante años. Hoy, en pleno 2024, el panorama electoral en la provincia de Buenos Aires se enfrenta a una situación similar, con un potencial regreso de la división del voto peronista, una táctica que podría ser determinante para las elecciones del próximo año.
En junio de 2004, Eduardo Duhalde, ex presidente y figura central del peronismo bonaerense, mantenía una reunión clave con Néstor Kirchner. Mientras que Duhalde buscaba consolidar su influencia, Kirchner ya mostraba signos de querer independizarse de su ex mentor, lo que daría inicio a un proceso que culminaría con la transformación del kirchnerismo en la fuerza dominante de la política nacional. Esta división interna, que hoy se recuerda como la fractura entre los sectores duhaldista y kirchnerista, podría tener un paralelo en las estrategias actuales que se juegan en la provincia de Buenos Aires.
En la actualidad, el clima político es tenso. Mauricio Macri y su entorno están muy conscientes de las similitudes entre el accionar de Kirchner en 2004 y las maniobras de Javier Milei y su equipo para generar una ruptura dentro del peronismo. Con la mirada puesta en Buenos Aires, Karina Milei, hermana del presidente, y su equipo están trabajando en una estrategia electoral que busca minar al peronismo desde adentro, apoyándose en figuras de peso que se sienten incómodas con la conducción actual del kirchnerismo.
Uno de los puntos clave de esta estrategia es la posible alianza electoral con sectores del peronismo no kirchnerista. Ya se han dado los primeros contactos con intendentes como Julio Zamora de Tigre y Fernando Gray de Esteban Echeverría, quienes buscan un acuerdo para debilitar al kirchnerismo en su bastión principal. El objetivo es claro: dividir el voto peronista para facilitar el ascenso de La Libertad Avanza en territorio bonaerense.
A lo largo de los últimos años, Macri ha demostrado una gran preocupación por la provincia de Buenos Aires, que sigue siendo un territorio clave para el peronismo. Sin embargo, la relación entre Macri y el PRO comienza a atravesar tensiones internas, especialmente con figuras que, a pesar de haber sido parte de su proyecto, ahora se acercan más al libertarismo de Milei. Diego Santilli y Alejandro Finocchiaro, dos de los referentes más importantes del PRO, están cada vez más alineados con las propuestas de Milei, lo que deja a Macri en una posición incómoda.
Es en este contexto de fragmentación del peronismo y de disputas internas donde surge la posibilidad de que el kirchnerismo recupere terreno, incluso a costa de nuevas alianzas electorales. La división del voto peronista, que alguna vez permitió a Cristina Kirchner arrasar en las urnas, podría ser nuevamente la estrategia a seguir.
La clave para el 2025 será, sin duda, cómo se articula esta alianza electoral y cómo los actores políticos logran capitalizar las tensiones internas dentro del peronismo. A medida que se acerca la fecha de las elecciones, las dinámicas en la provincia de Buenos Aires prometen ser decisivas, y la historia de la división interna del peronismo podría repetirse, con nuevas caras, pero con las mismas intenciones de ganar poder a cualquier costo.
Este fenómeno político es fundamental no solo para el futuro del peronismo, sino para el rumbo que tomará la política argentina en los próximos años.