En una jornada cargada de simbolismo, Juan Carlos Maqueda volvió a alzar su voz contra los riesgos que corre la democracia y la independencia del Poder Judicial en Argentina. Durante un homenaje en su honor en el Palacio de Justicia, acompañado por sus colegas Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, el juez cordobés dejó claro su rechazo a quienes ponen en peligro el equilibrio institucional del país. Si bien la ceremonia fue una muestra de respeto por su trayectoria, las palabras de Maqueda resonaron como un fuerte mensaje en el contexto político actual.

Maqueda, conocido por su postura moderada y su firme defensa de la división de poderes, aprovechó su intervención para alertar sobre el "culto a la personalidad" que, según él, representa una amenaza para las instituciones democráticas. Aunque no mencionó nombres de manera explícita, su discurso parecía dirigido a Javier Milei, quien en las últimas semanas ha mostrado actitudes que muchos consideran peligrosas para la autonomía de la Justicia. "Temo por los poderes judiciales y también por los legislativos", afirmó Maqueda, en un claro llamado de atención sobre la creciente centralización del poder en la figura presidencial.

El magistrado recordó la importancia de la "independencia e imparcialidad" de los jueces, pilares fundamentales para el funcionamiento de un sistema democrático. "A pesar de que no esté de moda, debemos volver a la moderación y a la defensa de la independencia del Poder Judicial", insistió, dejando entrever una crítica no solo al gobierno actual, sino también a los tiempos políticos convulsos que atraviesa el país.

Además de Maqueda, Horacio Rosatti, presidente de la Corte Suprema, expresó su respaldo al juez, destacando su trayectoria y destacando su capacidad para navegar entre los tres poderes del Estado. Rosatti, visiblemente afectado por los ataques que ha recibido Maqueda en los últimos tiempos, lo calificó como un "gran juez y hombre republicano", señalando que su figura representa un modelo de idoneidad y ejemplaridad para la función judicial.

Sin embargo, no todo fue unidad dentro del tribunal. La ausencia de Ricardo Lorenzetti y Ariel Lijo, dos figuras clave de la Corte Suprema, no pasó desapercibida. En el contexto de la creciente tensión política, sus faltazos al homenaje a Maqueda fueron interpretados por muchos como un claro mensaje de disidencia. En particular, Lorenzetti, quien se ha mostrado crítico con algunas de las decisiones del gobierno, ha advertido sobre los riesgos de la politización de la Corte.

Lo que está en juego, según Maqueda, es mucho más que una cuestión política o personal. El juez remarcó la necesidad de defender las instituciones democráticas de quienes intentan socavar su estabilidad. La división de poderes, la independencia judicial y la moderación son principios que deben prevalecer por encima de los intereses políticos o personales.

En este escenario, las palabras de Maqueda resuenan con fuerza. El Poder Judicial, como guardián de la Constitución y las libertades individuales, debe mantenerse firme ante los desafíos del presente. Sin embargo, los riesgos son reales. ¿Logrará la Corte Suprema mantener su autonomía en un momento de crisis política tan profunda? Solo el tiempo lo dirá, pero por ahora, la figura de Juan Carlos Maqueda sigue siendo un referente clave en la defensa de la justicia en Argentina.