El cruce entre los senadores libertarios y Javier Milei parece no tener fin. A lo largo de los últimos días, el conflicto se intensificó tras la expulsión del exlegislador Edgardo Kueider, acusado de intentar cruzar la frontera con 211.000 dólares no declarados en Paraguay. Sin embargo, lo que parecía un hecho aislado se convirtió en un nuevo capítulo de tensión dentro de la interna libertaria, con un enfrentamiento directo entre el Presidente y varios miembros clave de su propio espacio político.
El episodio comenzó cuando el Senado decidió expulsar a Edgardo Kueider, un ex aliado de Milei, tras su detención en Paraguay. El sanjuanino Bruno Olivera Lucero, uno de los senadores de La Libertad Avanza (LLA), defendió la validez de la sesión en la que se aprobó la expulsión. “Lo que hay que entender es el fondo de la cuestión. Se sesionó y cada senador expresó su voto. La decisión está tomada”, afirmó en declaraciones a Futurok. Sin embargo, Javier Milei no estuvo de acuerdo, calificando la sesión como “inválida” debido a que la vicepresidenta, Victoria Villarruel, presidió el debate mientras él se encontraba en un viaje oficial a Roma.
La disputa gira en torno al hecho de que Victoria Villarruel, como presidenta del Senado, tomó la posta durante la sesión que definió la expulsión, ya que Milei se encontraba fuera del país. Desde el oficialismo en el Senado, senadores como Bartolomé Abdala salieron a defender la decisión, asegurando que el traspaso de mando entre Milei y Villarruel fue realizado correctamente, con la firma de un acta notarial después de la sesión. “Nos ajustamos al 100% a la Constitución”, destacó Abdala en diálogo con Radio Rivadavia.
El episodio también desató rumores de maniobras internas para proteger a Kueider, quien había sido un aliado clave en la aprobación de la Ley Bases. A pesar de las especulaciones, Abdala fue tajante: “No hubo intención de frenar la sanción. Este hecho antidecoroso debía tener consecuencias”. Con 60 votos a favor, la expulsión fue aprobada por una amplia mayoría en el Senado, demostrando que la sociedad exigía a los funcionarios una conducta más transparente.
Mientras tanto, el entorno de Kueider ha solicitado la nulidad de la sesión, basándose en el hecho de que Villarruel no debía presidir el debate debido a la ausencia de Milei. Los abogados de Kueider argumentan que la vicepresidenta fue notificada con tiempo y que su intervención no estaba justificada.
En medio de estas tensiones, la interna libertaria parece profundizarse. Los senadores del oficialismo intentan desmarcarse de la disputa y poner el foco en los motivos reales de la expulsión, mientras Milei continúa sosteniendo su postura desde Roma. A medida que las fracturas internas se hacen cada vez más evidentes, los libertarios se ven obligados a enfrentar sus diferencias públicas, poniendo en riesgo la estabilidad del frente que, hasta ahora, parecía ser un bloque sólido.
El conflicto entre los senadores libertarios y Javier Milei sigue sumando capítulos que ponen en evidencia las grietas internas dentro de La Libertad Avanza. Con la expulsión de Kueider como catalizador, la disputa por el control y la interpretación de las normas internas podría marcar el rumbo del espacio en los próximos meses. Mientras tanto, las tensiones continúan escalando, y la pregunta que queda en el aire es si este conflicto es parte de un proceso necesario de depuración interna o si, por el contrario, la fractura será insostenible a largo plazo.
