La interna radical está en su punto más álgido. ¿Qué pasa con la UCR? ¿Por qué hay tanto revuelo entre sus miembros? En las últimas horas, las tensiones dentro del partido se dispararon luego de la foto que involucra a Rodrigo De Loredo y otros diputados radicales con Javier Milei y su hermana, Karina Milei, en la Casa Rosada.

El diputado Fernando Carbajal no dudó en expresar su desacuerdo en redes sociales, calificando la reunión como una "foto de la vergüenza" y acusando a los asistentes de ser "chupar las medias" de Milei y su hermana. "Las medias de Javier Milei y Karina Milei empapadas de tanta succión", escribió en su cuenta de Twitter, reflejando el malestar de una fracción dentro del radicalismo.

El origen de la discordia se encuentra en las tensiones sobre una posible alianza electoral con el líder de La Libertad Avanza, Javier Milei. La propuesta del tucumano Mariano Campero, quien sugirió la idea de una alianza, no fue bien recibida por todos, ni dentro de la UCR ni en el bloque de De Loredo. Mientras algunos diputados como Fernando Carbajal y Manuel Aguirre se muestran reticentes, otros como Campero defienden la necesidad de respaldar al presidente.

El bloque de De Loredo, que integra 20 diputados, también muestra una división interna. 13 de ellos asistieron a la Casa Rosada, pero algunos, como Karina Banfi, Fabio Quetglas y Martín Tetaz, decidieron no sumarse a la cita por prudencia política. Este distanciamiento subraya la polarización dentro del partido, especialmente en un contexto electoral tan incierto.

Por otro lado, el radicalismo enfrenta el dilema de si debe buscar una mayor proximidad a Milei o mantener su independencia. La división es clara: mientras que algunos liderazgos provinciales, como el de Campero, piden avanzar con la "fusión" de fuerzas, otros, como De Loredo, insisten en que aún no se ha tomado una decisión definitiva sobre la alianza electoral. "No está zanjado el debate", afirmó De Loredo, lo que deja abierta la puerta a futuras negociaciones.

La crítica de Manuel Aguirre también dejó en claro la preocupación de que la UCR no se convierta en una simple "colectora" del gobierno de Milei. Según Aguirre, los radicales deberían exigir más al gobierno y no ser ignorados en temas clave como el presupuesto para 2025, los jubilados y la educación.

La postura de otros radicales, como Martín Arjol y Santiago Caputo, también refleja la incertidumbre del partido frente a la dirección que tomará en los próximos meses. Mientras que algunos apuestan por avanzar con el cambio, otros prefieren una postura más cautelosa para no perder su base de apoyo en las provincias.

La interna radical sigue abierta y con más preguntas que respuestas. A medida que se acerquen las elecciones de 2025, será crucial cómo se resuelven estas tensiones y si los radicales logran definir una postura clara frente a Javier Milei y su gobierno.