Aunque todavía no hay humo blanco, el mundo ya está mirando al Vaticano esperando el nombre del nuevo Papa. La pregunta es simple, pero la respuesta esconde más de lo que parece. ¿Quién reemplazará al Papa Francisco? ¿Hay favoritos? ¿Qué pasa si nadie se pone de acuerdo?
Te contamos en menos de cinco minutos todo lo que tenés que saber sobre este cónclave, que no solo es clave para la Iglesia, sino que también puede traer sorpresas, como ya pasó antes con Benedicto XVI y Juan Pablo II.
Hay una frase que se repite en Roma cada vez que arranca esta elección: "Quien entra Papa, sale cardenal". La dijo una vez Juan Pablo Cafiero, y resume lo impredecible que es este proceso. Por más que haya nombres fuertes, la historia muestra que el elegido muchas veces no es el que todos esperaban.
En este cónclave votan 133 cardenales de 70 países. De ellos, 107 fueron nombrados por el actual Papa Francisco, lo que muestra su peso en la decisión. Los otros vienen de épocas anteriores: 21 de Benedicto XVI y apenas 5 de Juan Pablo II.
Entre los más mencionados están los italianos Pietro Parolín, Pierbattista Pizzaballa y Matteo Zuppi. Parolín fue el secretario de Estado de Francisco y tiene buena llegada con muchos cardenales. Pizzaballa, desde Jerusalén, ganó visibilidad en los últimos meses. Zuppi, por su parte, es conocido por meterse en temas sociales, especialmente laborales.
Pero el mapa es amplio: hay cardenales de Europa, América, África, Asia y Oceanía. Por eso, cada bloque regional tiene sus preferencias. Los asiáticos, por ejemplo, apoyan fuerte a Luis Antonio Tagle, de Filipinas.
Las primeras votaciones sirven para medir el ambiente. Si bien en otros cónclaves como el de Benedicto XVI o Francisco se eligió rápido (en el segundo día), eso no garantiza nada. Si se llega al tercer día, puede cambiar todo.
A veces, los candidatos más fuertes al principio se traban. Así le pasó a Angelo Scola en 2013. En esos casos, el foco cambia y aparecen otros nombres, como el del estadounidense Robert Prevost o el francés Jean-Marc Aveline.
En las próximas horas podríamos ver la primera “fumata”. Si es negra, significa que no hubo acuerdo. Si es blanca, el mundo sabrá que hay nuevo Papa.
Sea quien sea el elegido, tendrá un desafío enorme: liderar una Iglesia global, con tensiones internas, demandas sociales y una necesidad urgente de renovación.