La reciente controversia desatada por el cineasta y exdirigente de Racing, Flavio Nardini, ha generado una ola de indignación que trasciende el mundo deportivo y alcanza con fuerza el ámbito académico.

La furia comenzó tras un desafortunado posteo en sus redes sociales en el que, en tono burlón, hacía comentarios hirientes hacia personas con síndrome de Down, desatando el repudio generalizado de distintas figuras políticas y sociales, así como de organizaciones de derechos humanos.

Nardini, actualmente candidato a primer representante en la lista Racing Sueña encabezada por Diego Milito, había expresado su malestar en sus redes sociales por la vinculación de Milito con el ex gerenciador de la institución, Fernando Marín.

A través de una serie de mensajes, Nardini criticó a Milito por la cercanía con Marín, a quien en un primer momento había considerado "escondido" dentro de la agrupación. Sin embargo, el tuit que desató la polémica fue el que contenía un repulsivo comentario sobre personas con síndrome de Down, al que Nardini se refirió en términos completamente despectivos: "Lo hubieras hecho en casa, como cuando enfiestamos a 7 pibes down menores de edad", escribió.

Este comentario no solo descalificó a personas con discapacidad, sino que también tocó un tema profundamente sensible como lo es el abuso infantil, un tema que debe ser tratado con la mayor responsabilidad.

La Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA) no tardó en emitir un comunicado condenatorio, subrayando que comentarios de este tipo no solo son inaceptables sino que forman parte de un discurso cultural que trivializa la discriminación y el abuso.

"Estos comentarios no son inocuos", destacó ASDRA, instando a Nardini a reflexionar sobre el impacto de sus palabras y ofrecer una disculpa pública. De igual forma, el Centro Simon Wiesenthal, un organismo internacional dedicado a la lucha contra la discriminación y el racismo, repudió el hecho, y lo vinculó a un tuit previo en el que Nardini hacía una referencia explícita a Adolf Hitler en un intento por criticar a figuras políticas, lo que no hizo más que agravar la situación.

En medio del escándalo, Diego Milito, líder de la agrupación Racing Sueña y exfutbolista de la institución, se vio obligado a intervenir, aclarando que la relación con Nardini no representaba una política institucional y rechazando categóricamente los comentarios del cineasta.

"Lo quiero dejar claro hoy, como en su momento, no va a ser parte del proyecto, no pertenece a nuestro espacio", afirmó Milito, quien, a pesar de la controversia, sigue firme en su intención de liderar Racing Club a partir del próximo ciclo electoral.

Si @DiegoMIito lleva como candidato a esta clase personas, ¿Cómo podemos suponer que @RacingClub siga siendo una institución que promueve la inclusión? https://t.co/1GDU2Be6OF

— CSW Latinoamérica (@CSWLatAm) December 11, 2024

En sus redes sociales, Nardini intentó suavizar la situación publicando un descargo en el que pedía disculpas a quienes se sintieron ofendidos, explicando que su intención no era atacar a personas con síndrome de Down, sino simplemente expresar su estilo personal de humor negro. Sin embargo, su excusa no fue suficiente para mitigar el repudio generado por sus palabras, que ya habían sido ampliamente viralizadas.

El incidente ha dejado al descubierto no solo la falta de sensibilización sobre temas de inclusión y respeto hacia las personas con discapacidad, sino también la complejidad de la relación entre el mundo político, el deportivo y el académico, que a menudo se ve atravesada por figuras de diversas trayectorias y sensibilidades.

Si bien la disculpa de Nardini puede calmar parcialmente las aguas, el daño a su imagen y la falta de apoyo de sus propios aliados políticos pone en evidencia las grietas dentro del espacio opositor que lidera Milito.

En este contexto, la reflexión queda abierta sobre el rol de las redes sociales en la amplificación de este tipo de comentarios, así como sobre la necesidad urgente de establecer límites claros en cuanto al respeto y la ética en la comunicación, tanto en el ámbito académico como en el político y deportivo.