Mientras los nombres del PRO para suceder a Axel Kicillof se multiplican, la UCR intenta calmar la ansiedad de dirigentes que quieren dar una respuesta ante la incógnita que ronda por estos días entre los boinas blancas: ¿quién es el candidato a gobernador? Si bien circulan algunos nombres, ninguno fue oficializado hasta el momento. El sector que responde a Facundo Manes se ilusiona con encontrar en los próximos meses un “outsider” -como el propio neurólogo- que pueda dar el efecto sorpresa y conquistar el bastión peronista. Los intendentes también juegan un rol importante y hay dos mujeres que piden pista. A Gustavo Posse le reconocen su peso político, pero genera desconfianza.
La presión por la candidatura radical bonaerense se acrecentó con la propuesta -al menos pública y no formal- que lanzó Ezequiel Galli para consolidar una fórmula cruzada: Diego Santilli con Maximiliano Abad. “¿Y por qué no encabeza un radical?”, habían respondido. El problema es que la sugerencia que deslizó el intendente de Olavarría profundizó la división en el partido centenario entre los que buscan desprenderse del PRO y los que quieren sostener la unidad.
Con cautela, en el Comité bonaerense sólo se animan a mencionar a cuatro posibles candidatos: Abad, Posee, Alejandra Lorden y Karina Banfi. El primero, además de ser el presidente del partido en ese territorio, cuenta con el pleno apoyo de los hermanos Manes y de Gerardo Morales. Es el hombre de confianza en el que depositan el armado para las próximas elecciones pero hasta el momento no expresó sus intenciones ni en público ni en privado.
Según pudo saber este medio, la estrategia de Abad está depositada en la figura del neurólogo: cree que con una postulación fuerte en la presidencia y en los ejecutivos municipales, la llegada a la Gobernación estará garantizada. También apuesta a la “sorpresa”. Cree que comenzar la campaña a esta altura del año generaría un desgaste y podría terminar convirtiéndose en un paso en falso.
Lorden y Banfi son las dos mujeres que suenan entre los correligionarios. Ambas son referentes reconocidas en el interior bonaerense y militan por una renovación en un partido liderado históricamente por hombres. El que genera controversia es el intendente de San Isidro. La relación y viejas alianzas de Posse con el PRO chocan con los intereses de quienes quieren enfrentar a Diego Santilli. Su nombre se menciona con desconfianza porque temen que se preste a la fórmula cruzada que propone el sector de Horacio Rodríguez Larreta.
“La UCR no tiene un candidato natural a gobernador”, analizaron desde el interior, territorio donde el espacio pisa fuerte. Creen que, ante el armado y el presupuesto económico con el que cuenta el PRO, “para lograr ser presidente, Manes necesita a toda la UCR unida y eso implica acordar con Evolución y apoyar a Martín Tetaz como sucesor de Kicillof”. Una opción totalmente descartada en el entorno de neurólogo.
Los planes de Manes son otros. Piensa que el año que viene la sociedad va a elegir entre “lo nuevo y lo viejo”. Asegura que hay que apoyar a los dirigentes históricos en todos los distritos pero apuesta al surgimiento de caras nuevas que revivan al partido centenario. Busca “outsiders” como él y Carolina Losada, una posible fórmula presidencial que ya se mostró en La Matanza.
Por lo pronto, la UCR se limita a contestar de manera oficial que el plan con el que trabajan por estos días es tener 135 candidatos a intendentes (uno por cada municipio), de los cuales ya 30 irán por la reelección. Justamente, el despliegue territorial que tiene la UCR en el interior bonaerense es la perla preciada que busca Rodríguez Larreta para poder imponerse en su propia interna que se recrudece con el acercamiento de Néstor Grindetti con Mauricio Macri.