Con un protagonismo callejero que crece al compás de la crisis y una inédita representación en los municipios del conurbano bonaerense, la izquierda ya empezó a mover sus fichas con vistas a las elecciones del año próximo. Es una certeza que se desprende de los movimientos de los dos socios fundadores del Frente de Izquierda-Unidad (FIT-U): el Partido Obrero (PO) y el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Ambos espacios plasmaron sus estrategias en sendos congresos partidarios, cuyas conclusiones avivaron los debates al interior de la coalición, de la que también forman parte Izquierda Socialista (IS) y el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST).
Sucede que, tras integrar la fórmula presidencial en las dos últimas elecciones, el nombre de Nicolás del Caño no figurará de la boleta del FIT-U en 2023. Esta vez, el PTS postulará a los diputados nacionales Myriam Bregman y Alejandro Vilca, según lo definieron el mes pasado en su cónclave partidario.
El lanzamiento adelantado motivó al resto de los integrantes de la coalición a salir al cruce del anuncio por considerarlo inoportuno y electoralista. “El gobierno y la oposición quieren no hacer olas y llevar todo el debate sobre la crisis nacional a las elecciones”, sostiene el líder del Polo Obrero, Eduardo Belliboni, quien califica la precandidatura del binomio Bregman-Vilca de “funcional” a ese operativo.
Cara visible de las movilizaciones que recurrentemente copan la avenida 9 de Julio, Belliboni considera que “las urgencias del movimiento obrero no esperan a 2023? y que “la población está preocupada por otras cosas?. “Un partido revolucionario no puede estar lanzando candidaturas a más de un año de las elecciones, sin debate y en medio de una crisis política y social enorme”, enfatiza el referente piquetero en diálogo con este medio y cierra: “La promulgación apunta a imponerle sus propios candidatos al FIT-U, sin debate”.
“No queremos que la izquierda se transforme en un frente electoral, eso sería adaptarse al sistema”, plantea, por su parte, el legislador porteño Gabriel Solano, del Partido Obrero quien además afirma que, junto con la diputada nacional Romina Del Plá, “no descuidan sus papeles de voceros nacionales”. Aunque se encarga de diferenciarse de sus socios al aclarar que “no es campaña”.
En el PO se jactan de su presencia en las calles y aseguran que “los demás no pueden llegar a sus niveles de convocatoria”. Para los dirigentes del PTS, sin embargo, no existe contradicción alguna entre la confirmación de sus precandidaturas y las disputas que se dan en el plano social. En ese sentido, Nicolás Del Caño considera que sus aliados se equivocan. “Nosotros estamos en la calle siempre y la base programática de la izquierda la estamos construyendo hace más de 10 años”, contesta el dos veces candidato presidencial. Y añade: “La batalla también se fortalece en el debate nacional y es mejor decir cuáles son nuestras propuestas”.
En tanto, Bregman argumenta que la causa principal que motivó la decisión de hacer pública su postulación fue que el resto de las fuerzas políticas también comenzaron a hacerlo. “Creemos necesario plantear también nuestros precandidatos y precandidatas para no dar la disputa en desventaja”, señala la diputada del PTS. Y resalta que su pretensión es que la propuesta –que a priori competiría en las primarias de 2023 contra las ofertas que presentarán el resto de los integrantes del frente– se vaya “consolidando y posicionando”.
“Nuestra fórmula representa a distintos sectores. Tanto con Myriam, a las mujeres, como con Alejandro, con su historia de lucha en Jujuy”, suma Del Caño, quien por primera vez en ocho años no formará parte de la carrera por el sillón de Rivadavia. Según precisa Bregman, el actual diputado nacional “va a concentrarse en dar la pelea en la provincia de Buenos Aires”, aunque desde el PTS aclaran que todavía no definieron el candidato a gobernador del territorio bonaerense, donde en 2021 la izquierda tuvo una actuación que superó todos los pronósticos.
Es que, gracias a haber logrado el 7,72% de los votos en la tercera sección electoral durante los últimos comicios legislativos, el FIT-U sumó un diputado provincial y amplió su bloque en la Legislatura bonaerense. Una performance que se sostuvo en los resultados conseguidos en varios distritos del conurbano, como Moreno (9,2%), Florencio Varela (8,3%) o La Matanza (9,6%), donde el trotskismo consiguió ingresar con sus representantes a concejos deliberantes que durante décadas estuvieron hegemonizados por el PJ.
Sin ir más lejos, a principios de este mes, el PO realizó un concurrido acto en La Matanza para dar el puntapié inicial a la campaña política con la que pretende posicionarse para representar “un programa propio de los trabajadores”. “Por un movimiento popular con banderas socialistas”, rezaba la consigna de la convocatoria que congregó a unas 7000 personas en el bastión del peronismo, la misma que encabezó el reciente congreso del partido liderado por Solano.
Tampoco se guarda los reparos hacia la jugada lanzada por el PTS el referente del MST, Alejandro Bodart, quien asegura que la confirmación “inconsulta” de Bregman como precandidata en 2023 atenta contra la unidad de la coalición. “Largar candidaturas, además de ser acelerado en el tiempo, también divide”, comenta. Y arremete contra los “roles autoproclamatorios” que “impiden que otros sectores se sumen”.
El año pasado, el MST desafió al resto de los integrantes de la coalición al decidir presentarse con lista propia en las PASO de las elecciones legislativas. De los 19 distritos donde el frente dirimió candidaturas, la boleta del partido liderado por Bodart logró la victoria en cuatro: Salta, San Juan, La Rioja y Entre Ríos. Sin embargo, para diferenciarse del PTS, explican que la intención no era discutir candidaturas, sino modelos. “Al igual que ahora, queríamos un FIT-U más abierto y más amplio, que responda a la realidad”, argumenta el dirigente.
Por su parte, otro de los críticos del lanzamiento electoral de Bregman es el referente de la Izquierda Socialista, Juan Carlos Giordano. En nombre de uno de los partidos fundadores de la coalición, el exdiputado nacional tilda de “equivocada” la decisión del PTS, en un contexto en el que “urge seguir apoyando las luchas”. Para Giordano, ante “la tremenda crisis política, económica y social”, el objetivo del FIT-U debería estar puesto en exigirle un paro nacional a la CGT y en postular “un plan económico obrero y popular para terminar con la inflación, la pobreza, los bajos salarios y el sometimiento del gobierno al FMI”.
Así y todo, pese a las diferencias públicas, nada indicaría que la alianza corra peligro. Al menos eso aseguran sus representantes, que ven en “el desencanto de muchos sectores con el Gobierno” la razón principal de la hazaña electoral de 2021. Con más de 1,3 millones de votos a nivel nacional (5,91%), el FIT-U logró consolidarse como la tercera fuerza y hasta diciembre del año que viene contará con un bloque de cuatro diputados en la Cámara baja del Congreso. Un número de bancas que, desde su fundación en 2011, solo había ostentado entre 2015 y 2017.