En la previa a las elecciones del año que viene, bien podría decirse que, salvando las distancias, el escenario es a priori el opuesto al del 2019. En aquel momento Cambiemos llegaba en crisis por el desgaste de una gestión opaca y una crisis galopante, lo que envalentonó al incipiente Frente de Todos. Ahora se dio vuelta la tortilla, al menos en los papeles, ya que el gobierno de Alberto Fernández llegará envuelto en una interna feroz y con las esquirlas de una pandemia y una guerra que potenciaron la crisis heredada. Allí, Juntos por el Cambio tiene una situación propicia para dar el golpe.
Y ante esta chance de volver al poder, los que piden pista hace rato son los socios que en el pasado oficiaron casi de testigos. La Unión Cívica Radical busca que el candidato a Presidente sea un correligionario y jugarán allí todas sus fichas. La disputa será mano a mano con el PRO, más allá del rol que puedan cumplir la Coalición Cívica y las demás fuerzas en el territorio. Hoy, el radicalismo tiene 2 candidatos centrales para el sillón de Rivadavia: el gobernador jujeño Gerardo Morales y el diputado nacional Facundo Manes. Y este último tiene cierta ventaja según los últimos sondeos.
Pero a pesar del envión de las encuestas, el legislador que le dio una lavada de cara al partido centenario tiene una mirada disruptiva de la política. Quizás demasiado para la tradición radical. En efecto, el profesional de la salud tiene la idea de ampliar las estructuras de la alianza opositora. Al ser un outsider, tiene predilección por las caras nuevas por un lado, pero también se anima a coquetear con sectores que a priori podrían parecer antagónicos.
“Hay una línea fuerte con Schiaretti”, confió a Data Clave una fuente de peso en el radicalismo bonaerense, sector del partido que hizo las veces de plafón para Manes y hoy es el grueso de su fuerza electoral, más allá de la proyección nacional del diputado. Y es que en los últimos días, corrió fuerte la versión de un acercamiento con el gobernador de Córdoba, con miras al 2023.
“Es una posibilidad y una opción fuerte que comparta la fórmula con Facundo”, señaló un entusiasta dirigente radical a este medio, envalentonado con destronar al PRO en la conducción de la alianza. Sucede que los boina blanca están convencidos de que este es su tiempo de liderar y no solo a la oposición. Pero saben que con lo que tienen no es suficiente. Y en eso anda Manes, construyendo puentes con sectores que a simple vista están en la vereda de enfrente.
De concretarse esta sociedad, la inyección de votos que aportaría en una de las provincias más populosas le subiría el precio al radicalismo. Aunque claro, los más ortodoxos no quieren saber nada con esta idea. “No hay ruidito, hay ruidazo”, apuntó un referente que se sienta en la mesa donde se corta el bacalao. La vieja guardia no ve con buenos ojos este acercamiento, mucho menos los cordobeses Mario Negri y Rodrigo de Loredo, pero tampoco el conductor actual a nivel nacional, Morales.
En cuanto a la jugada de Manes, hay alguna reminiscencia de la intentona de Mauricio Macri en 2019 cuando se alió a Miguel Pichetto, aunque lo que parecía un auspicioso movimiento no se vio reflejado en las urnas. Claro que en aquel momento, el alfil legislativo carecía de apoyo territorial y tracción en las urnas, que sí puede aportar ahora Schiaretti. A simple vista, sería una versión superadora de aquel puntapié.
En cualquier caso, en el entorno del neurocientífico mantienen la prudencia. "No puedo confirmar ni negar nada, pero no tengo información de que Facundo esté pensando en esto. Son conjeturas", afirmó un allegado al diputado al ser consultado por la posibilidad. Está claro, si el acuerdo se materializa, no se hará público con tanta anticipación. Develar la estrategia cuando falta correr tanta agua debajo del puente es darles la chance a sus socios de preparar un contrataque.
Lo cierto es que en marzo, tuvieron el primer contacto directo. Allí, Juan Schiaretti recibió a Facundo Manes en su despacho y conversaron por más de una hora. "Se trató de una conversación sobre miradas de Argentina”, indicaron ambos en aquel momento y negaron un eventual armado político. De todas maneras, los delfines locales de Juntos por el Cambio se mostraron molestos con la situación, ya que en la provincia son oposición al Gobernador.
En cualquier caso, Manes y el radicalismo se preparan para una interna muy competitiva en las PASO con el PRO, que si bien tiene varios caballos en carrera, llegado el momento limarán asperezas y tendrán una fórmula fuerte y pura amarilla. Hoy se posiciona el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, pero tanto Macri como Patricia Bullrich y hasta María Eugenia Vidal seguirán de recorrida para intentar concentrar la intención de voto opositora. La misión de la UCR es diversificarse para intentar plantarse al PRO y el gobernador cordobés es una opción potable, ya que es oposición al gobierno nacional.
"Ojalá no les guste la posibilidad de sumar a Schiaretti", disparó a este medio un impulsor del médico hacia la Casa Rosada. La consigna es clara, hasta las PASO, radicales y amarillos se disputarán la conducción de la alianza y habrá más cruces internos que incluso con el oficialismo.