VISIÓN POLÍTICA




Solo queda el abismo: Alberto acelera el final de su mandato en una carrera sin sentido

04-07-2022   Por: Visión Política

Pocas veces se tienen dos oportunidades en la vida; menos aún tres. Pero nuestro personaje principal, aquel que la trama necesita para volverla interesante pero estrafalaria, al punto que pocos pensarían que se trata de eventos verídicos, cuenta con la suerte de su lado, pero no logra ver el momento exacto como para hacerse de ella.

 

 

Alberto Fernandez proviene de una familia de clase media porteña Con su padre de la vida ejerciendo como juez nunca conoció las necesidades que abruman a millones y cuando él era un joven estudiante de derecho, sólo entendía la rebeldía en las letras de sus artistas preferidos, pero de ahí a convertirse en un rebelde existe un abismo.


Quizás les asista la razón a quienes sostienen que hay que ir quemando etapas en la vida y no dejar para más adelante aquello que es propio del momento. Algo de esto debe subyacer en la psiquis del Presidente, que adoptó la procrastinación como modus vivendi.

 

 

El último fin de semana es la prueba más reciente de un sinfín de dilaciones innecesarias, la exacerbación de su ego que necesita ser el centro de atención y demostrar que es él y solo él quien está al mando, como si estuviera en una de sus clases y pidiera silencio para seguir demostrando sus saberes al alumnado.


Pero esto no es un claustro ni un club de amigos; tanta suerte ha tenido nuestro personaje que la varita mágica lo ungió Presidente, luego de vagabundear con conchabos en municipalidades del conurbano, cobrando sin trabajar, solo por haber sido el jefe de gabinete de un gran Presidente.

 

Pero en toda trama donde el personaje es bendecido con la suerte, no pueden faltar los obstáculos ni los dramas para que se luzca sorteándolos. Sucede que en la película mental que proyecta el tío Alberto, todo se irá solucionando solo con el tiempo, pero en la realidad nada es así.


Luego de escuchar el consejo del ángel naranja, que bajó del banano para reclamar su reino perdido luego de haber hecho todos los deberes allá por el 2015, tío Alberto decidió abrazarse hacia una carrera loca con la que fuera una de las peores ministras de Economía que recuerden los bonaerenses, que no dudaron en elegir a Heidi antes que a nadie parecido al angelical motonauta naranja.

 

 

Ahora solo resta esperar el desenlace... Juntos irán a toda velocidad hacia el precipicio, mientras la platea ejercita el morbo de ver destruida su propia casa, y nuestro personaje espera cruzar volando el abismo, como si estuviera aún en la adolescencia y los sueños parecieran estar al alcance de la mano.