Esa es la propuesta que el vocero Manuel Adorni lanzó recientemente, sorprendiendo a muchos con una idea polémica para reformar las conferencias de prensa. En lugar de los métodos tradicionales, Adorni busca que la gente decida qué periodistas pueden preguntar y quiénes no. ¿Qué tan viable es esta idea? ¿Cómo impactaría en la libertad de prensa?
Manuel Adorni quiere introducir un sistema donde los periodistas sean elegidos por el público, como si fuera un programa de Gran Hermano, para determinar quién tiene el privilegio de hacer preguntas en la Casa Rosada. "Estamos pensando en un esquema donde la gente pueda decidir quién se queda y quién se va, algo que represente realmente la voz del pueblo", comentó Adorni. La propuesta recuerda a la que hace poco presentó Donald Trump, quien planteó una idea similar para elegir a los periodistas que cubrirían sus conferencias en la Casa Blanca.
Pero eso no es todo. En una de sus declaraciones más polémicas, Adorni también anunció que está considerando la implementación de un "botón muteador" para apagar los micrófonos de los periodistas cuando sus preguntas lo incomoden. "Si se exceden, les aprieto el botón", dijo el funcionario, dejando entrever que las preguntas incómodas podrían ser silenciadas de manera abrupta. Este botón, que suena a una medida más autoritaria que innovadora, ha generado muchas críticas.
La pregunta es: ¿esto afecta realmente a la libertad de prensa? Para Adorni, parece que sí, pero con un giro. "Estamos buscando un esquema en el que la gente se sienta representada", aseguró el vocero, aunque muchos lo ven como una forma de censura o control sobre los medios.
Este tipo de medidas, aunque innovadoras, podrían abrir un debate más amplio sobre el futuro del periodismo en Argentina. Si bien la transparencia y el acceso a la información son fundamentales en una democracia, propuestas como la de Adorni podrían poner en riesgo la independencia de los medios y limitar la capacidad de los periodistas para cuestionar al poder.
A lo largo de la historia, ha habido otros intentos de controlar a la prensa, y la comparación con el enfoque de Donald Trump sobre los periodistas y los medios es bastante directa. En su gobierno, la asignación de preguntas era controlada desde el mismo ejecutivo, sin intervención de organizaciones independientes. ¿Estamos preparados para ver una dinámica similar en la Casa Rosada?
Mientras tanto, los periodistas y la sociedad en general se preguntan si este tipo de propuestas van más allá de un simple cambio en la forma de interactuar con los medios, o si realmente buscan restringir el acceso a la información. ¿Qué opinas tú?