Mientras Javier Milei repite que el Estado es "el enemigo", su fuerza política La Libertad Avanza recorre el Conurbano bonaerense con móviles oficiales de Pami, Anses, Renaper y el Ministerio de Trabajo. ¿Contradicción o estrategia?
Desde Ramos Mejía hasta Quilmes, militantes libertarios encaran operativos callejeros ofreciendo trámites y servicios estatales, pero lo hacen con carteles partidarios a la vista. Uno de los videos más virales muestra a un militante con lentes oscuros, música metal de fondo y una invitación clara: “Acercate, de 9 a 13 estamos en Medrano y Suipacha”. Detrás de él, banners de organismos oficiales junto al logo de La Libertad Avanza.
La escena se repite en varios puntos del Conurbano: Escobar, Lomas de Zamora, Avellaneda, Los Polvorines, entre otros. En cada operativo, los mismos ingredientes: mesas del Estado, folletería partidaria y militantes libertarios sacándose fotos con vecinos. Todo, en nombre de acercar herramientas del Estado. ¿Pero no era que querían achicarlo?
El armado detrás de estos operativos responde a Sebastián Pareja y Lule Menem, operadores de Karina Milei en Buenos Aires. Ambos tomaron el control de Pami y Anses para volcar recursos al territorio, algo que históricamente el mileísmo criticaba a La Cámpora. Hoy, repiten la fórmula, pero con estética libertaria.
Mientras tanto, Mario Lugones, ministro de Salud y jefe formal de Pami, guarda silencio. Su hijo, Rodrigo Lugones, es socio de Santiago Caputo, el asesor presidencial que perdió peso tras ser desplazado por Pareja y Menem del control de estos organismos clave. Internas de poder, con jubilados de rehenes: el organismo está en crisis y se demoran los medicamentos esenciales.
Esta semana, en el barrio Maquinista Savio, Escobar, se montó un operativo que indignó a varios vecinos. En el escritorio de atención, banners de Pami y La Libertad Avanza, junto a una pancarta con la imagen del coordinador local Eduardo Luis Gianfrancesco, posando con Milei, pulgar arriba.
Desde adentro del espacio admiten que esta estrategia se va a intensificar: quieren al menos dos operativos por municipio cada mes. El objetivo es claro: levantar el perfil de sus candidatos locales, que hoy casi nadie conoce. El uso de estructuras estatales se vuelve así una herramienta electoral, disfrazada de asistencia.
En paralelo, Javier Milei sigue afirmando en los medios que "el Estado es una interferencia" y que "cuanto menos Estado, mejor". Pero su fuerza política lo usa a fondo, y en campaña. Esta contradicción queda expuesta mientras el propio Milei cita a su mentor español, Jesús Huerta de Soto, que califica al Estado como “el maligno”.
La pregunta que queda abierta: ¿se puede hacer campaña con el Estado mientras se lo combate en los discursos? El operativo libertario en el Conurbano parece tener su propia respuesta.