La cuenta regresiva ya empezó. Si no hay un giro inesperado, el 57% de los intendentes bonaerenses no podrá buscar la reelección en 2027. ¿Qué significa esto? Que 78 jefes comunales deberán ceder el mando luego de cumplir, como mínimo, dos períodos consecutivos.
El impacto es total: golpea al peronismo alineado con Axel Kicillof, a La Cámpora, al radicalismo y al PRO, e incluso a La Libertad Avanza. Sin distinción de color político, los intendentes ya están moviendo fichas. La pregunta es: ¿cómo piensan conservar el poder?
Para muchos barones del conurbano, la solución es simple: dejar el municipio en manos de un familiar directo. La jugada no es nueva, pero cobra más fuerza ante la imposibilidad de una reelección indefinida. Parejas, hijos y hermanos empiezan a aparecer en escena como los herederos naturales de los intendentes salientes.
En Avellaneda, Jorge Ferraresi perfila a su esposa Magdalena Sierra como su sucesora. En Berazategui, Juan José Mussi apuesta por su hija Mariel, actual presidenta del Consejo de Administración del Hospital El Cruce.
El movimiento también se ve en la oposición. En Tres de Febrero, Diego Valenzuela, que ahora juega con La Libertad Avanza, podría ceder el cargo a su esposa Daniela Reich. En Merlo, el intendente Gustavo Menéndez ya puso a su hermana Karina Menéndez en la línea de sucesión.
La lista de distritos con relevos familiares sigue creciendo. En el norte del conurbano, Juan Andreotti (San Fernando) podría dejarle su despacho a su madre Alicia Aparicio. En Tigre, la interna se complica: Julio Zamora evalúa entre su pareja Gisela y su hija Gabriela para continuar su legado.
En el sur del GBA, Florencio Varela también seguiría en familia. Andrés Watson no podrá renovar, pero el verdadero poder sigue en manos de Julio Pereyra, quien tiene a su hija Julieta en carrera.
Fuera del Gran Buenos Aires, la tendencia es la misma. En Ensenada, Nicolás Secco suena como sucesor de su padre Mario. En Campana, Elisa Abella podría continuar la gestión de su hermano Sebastián. Y en Cañuelas, el poder se mantendría en el matrimonio de Marisa Fassi y Gustavo Arrieta.
En el interior bonaerense, hay nombres que ya se perfilan: Julio César Marini (Benito Juárez), Ricardo Moccero (Coronel Suárez), Alberto Gelené (Las Flores), Miguel Ángel Lunghi (Tandil), Ricardo Alessandro (Salto) y Sergio Bordoni (Tornquist) barajan opciones familiares.
Mientras tanto, en Pehuajó, el ultrakirchnerista Pablo Zurro impulsa a su sobrino Avelino Zurro, actual diputado. En Castelli, el intendente Francisco Echarren quiere que su hermano Sebastián tome la posta.
Los intendentes juegan sus últimas cartas. Con las elecciones legislativas en el horizonte, muchos intentarán modificar la ley o, al menos, posicionar a su delfín. La pelea recién empieza y las próximas movidas serán clave para definir el futuro del mapa político bonaerense. ¿Habrá un volantazo en la Legislatura o la transición será inevitable?