La reciente reforma del impuesto a la herencia propuesta por el Partido Laborista está generando fuertes reacciones en el sector agrícola de Londres. Al igual que el año pasado, miles de tractores se hicieron presentes en las calles de la capital británica como parte de una manifestación masiva en protesta por la nueva política impositiva. Esta modificación, que entrará en vigor en abril de 2026, establece que las propiedades agrícolas cuyo valor supere el millón de libras estarán sujetas a un 20% de impuesto, una medida que, según los productores, podría poner en riesgo la viabilidad de muchas granjas.
Hasta el momento, las empresas agrícolas estaban exentas de este tipo de impuestos, pero la nueva normativa, impulsada por la Canciller de Finanzas, Rachel Reeves, ha alterado esa situación. De acuerdo con la ministra, el cambio es necesario para cubrir el déficit fiscal de 22 mil millones de libras heredado del gobierno conservador.
“Arreglar el agujero fiscal de 22 mil millones de libras es vital para estabilizar la economía y reconstruir nuestros servicios públicos”, explicó Steve Reed, Ministro de Agricultura y Medio Ambiente. Sin embargo, la medida no ha sido bien recibida por todos.
La Unión Nacional de Agricultores ha cuestionado fuertemente los cálculos presentados por el gobierno. Según el Departamento de Medio Ambiente, solo el 7% de las propiedades agrícolas más ricas se beneficiaban de una exención fiscal, lo que representaba un costo de 219 millones de libras para el tesoro nacional. Sin embargo, los productores alegan que el 66% de las empresas agrícolas del país tienen un valor superior al millón de libras, lo que podría hacer que muchas se vean afectadas por la nueva reforma.
Aunque los agricultores entienden que las granjas tienen un alto valor nominal en activos, como tierras y equipos comerciales, argumentan que los rendimientos no siempre son suficientes para cubrir las obligaciones fiscales. En muchos casos, los productores pueden no contar con el capital necesario para hacer frente a los pagos.
Tom Bradshaw, presidente de la Unión Nacional de Agricultores, señaló que esta reforma afecta especialmente a los agricultores más viejos, que podrían enfrentarse a una “situación cruel” al tener que pagar impuestos sobre propiedades que no generan suficientes ingresos para cubrirlos. Además, la reforma podría impactar en la capacidad de inversión y producción, lo que afectaría directamente los precios de los alimentos.
Otro punto de preocupación es el impacto sobre los arrendatarios de tierras agrícolas. Si bien los propietarios perderían la exención impositiva, los arrendatarios también podrían sufrir las consecuencias económicas de esta política.
La protesta, que reunió a miles de tractores en Londres, demuestra la firme oposición de los productores ante una medida que consideran perjudicial para el futuro del sector agrícola. “El impacto humano de esta política es sencillamente inaceptable”, concluyó Bradshaw.
Este cambio de política refleja la compleja situación económica en la que se encuentra el Reino Unido, pero también pone de manifiesto el profundo malestar de los sectores más afectados. Las manifestaciones y el descontento seguirán siendo una constante en los próximos meses a medida que se acerque la fecha de implementación de la reforma.