El anuncio de la Casa Rosada sobre la posibilidad de implementar un arancel para extranjeros no residentes que utilicen el sistema de salud pública ha encendido el debate político en la provincia de Buenos Aires. La medida, presentada por el vocero presidencial Manuel Adorni, busca redefinir el acceso gratuito a los servicios sanitarios en el país.
Adorni aseguró que los organismos de salud de cada jurisdicción determinarán las condiciones de acceso y eventuales cobros a extranjeros no residentes. Según el funcionario, la decisión se inspira en precedentes como la provincia de Salta, donde ya se aplica este tipo de arancelamiento. Sin embargo, hasta el momento, la falta de directivas concretas evidencia que esta propuesta sigue siendo más un mensaje político que una política efectiva.
El ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, rápidamente rechazó la relevancia del tema para la provincia. Según datos oficiales, solo el 0,2% de las consultas ambulatorias y menos del 1% de las internaciones en hospitales provinciales corresponden a pacientes extranjeros. "En Buenos Aires esto no es un problema", aseguró Kreplak en diálogo con Radio Provincia.
Kreplak también destacó que los sistemas de salud de Argentina y Brasil son universales, permitiendo el acceso gratuito a quienes lo necesiten, en contraste con modelos de seguros de salud predominantes en otros países de la región. Además, calificó el anuncio como una "bomba de humo" para desviar la atención de temas más urgentes en la agenda nacional.
Un análisis de la atención en hospitales clave de la provincia refleja cifras que respaldan la postura del ministro. Por ejemplo:
Sin embargo, en el Hospital Garrahan, de jurisdicción nacional y un referente pediátrico regional, los extranjeros representaron solo el 4,71% de las consultas y el 5,88% de las cirugías durante el mismo período.
El debate no solo está presente en los despachos gubernamentales, sino también en las redes sociales y medios de comunicación, donde abundan posturas contrapuestas. Algunos sectores consideran que el cobro es una medida justa, destinada a aliviar la carga financiera del sistema. Otros lo interpretan como un retroceso en los valores de equidad y universalidad que caracterizan al sistema sanitario argentino.
Además, referentes en la región como Chile o Bolivia aplican esquemas de cobro a extranjeros no residentes, mientras que en Brasil el acceso gratuito persiste como una política clave de su sistema de salud universal.
La medida anunciada por la Casa Rosada aún carece de definiciones claras, pero su impacto político ya es palpable. Mientras Buenos Aires y otras provincias minimizan la relevancia del tema, sectores del oficialismo nacional buscan instalar la discusión en un escenario económico complejo. Lo que parece una "solución para un no problema", según Kreplak, podría convertirse en un eje de tensión en la agenda política de los próximos meses.