El espectáculo de dispersión, enfrentamientos y fragmentación que el oficialismo mostró a cielo abierto este 17 de octubre a nivel nacional con actos en Obras, en la Plaza de Mayo y en La Matanza no causó sorpresas en esta provincia donde la ebullición del panperonismo rionegrino es permanente y genera desde hace semanas un manto de dudas sobre el futuro electoral. Fracturado por el sector que aspira a consolidar una nueva alianza, el frente “Nos Une Río Negro”, y quienes defienden el formato actual del Frente de Todos (FDT), se definirá el manejo del capital simbólico del Partido Justicialista (PJ), hoy sumergido en una crisis de identidad, en una provincia que históricamente le fue adversa. En la oposición hay solo una certeza: el llamado a las urnas será el 16 de abril, según comunicó la gobernadora Arabela Carreras.
Los grupos en pugna tienen nombres propios. La Cámpora (hoy al mando del Consejo peronista), el Frente Renovador y Nuevo Encuentro buscan negociar con el oficialismo de Juntos Somos Río Negro (JSRN), que este jueves avanzó con una reforma electoral por medio de la Legislatura que, justamente, se propone habilitar colectoras. El otro espacio lo encabeza el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Martín Soria, con su hermana e intendenta de General Roca, María Emilia Soria. Ambos resisten a la primera estrategia, pero deben concentrarse en retener la ciudad que supo arrebatarle a la UCR su padre Carlos Soria en 2003. Según trascendió en las últimas horas, reúnen avales para conformar un partido municipal si es necesario acantonarse en su bastión.
Con las complejidades históricas para conformar un espacio competitivo, el PJ Río Negro atravesó este año atrapado en una telaraña judicial. Hubo hasta tres comisiones directivas, un hecho que rozó el papelón. Tras un ida y vuelta en los tribunales, con la intención de abandonar el rol de perdedor, al que siempre estuvo confinado salvo en el triunfo de Carlos Soria con el ahora senador Alberto Weretilneck en 2011, el senador camporista Martín Doñate promovió el nuevo frente con el massismo y el partido de Martín Sabbatella. La idea es consolidar una estructura que genere entendimientos –si es electoral, mejor– con el oficialismo rionegrino, un espacio que alguna vez engrosó las filas del extinto Frente para la Victoria (FpV).
La contracara es el plan de la familia Soria. Decidida a retener Roca, la intendenta encomendó a su tropa reunir avales para crear un partido local. Fuentes de la comuna reconocieron esta idea de asegurarse un sello por si el del PJ, hoy conducido por el intendente de Lamarque, Sergio Hernández, hace las cosas difíciles para el año electoral. “Es para tener una alternativa”, aseguraron en el municipio a Letra P.
Como aliados, aparecen el Movimiento Evita y algunos otros sellos como PaRTe, la fuerza que responde al presidente Alberto Fernández y que agita la extitular del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), Magdalena Odarda. Enrolada en lo que queda del FdT, Odarda oficia de armadora con el Frente Grande. En su momento, al igual que el clan roquense, impulsaban la candidatura de Gustavo Casas, extitular de la división rionegrina de Vialidad Nacional.
En esa diáspora, el parlamento vivió una situación de similares características. La implosión partió en tres lo que era un bloque de 17 bancas. Primero surgió el Frente Renovador. Después llegó Unidad Ciudadana, en clara identificación con Nos Une Río Negro, al igual que el massismo.
El ejemplo de la división se dio este jueves, cuando se debatió en el parlamento la reforma electoral. Si bien Carreras primereó con el anuncio de la fecha de votación para el 16 de abril, la nueva ley impulsada por Weretilneck para marcar la cancha y vaciarle la lapicera su sucesora limita una decisión para nada menor: los comicios provinciales a la gobernación no pueden ir atados a una instancia presidencial. También revitaliza el sistema de colectoras, un punto que nunca estuvo negado en la normativa pero, con el llamado a la oposición del exgobernador y ahora candidato a un tercer mandato, busca instalarse en la agenda política. La votación en primera vuelta de la reforma electoral puede ser vista como un espejo de un probable escenario futuro. Los 36 votos que aprobaron la iniciativa correspondieron a JSRN, Unidad Ciudadana, el Frente Renovador y el legislador Marcelo Mango, que se diferenció de su bloque, el Frente de Todos. Las siete voluntades restantes de esta bancada se expresaron en contra, al igual que Juan Martín, única banca que representa a Juntos por el Cambio.