Miguel Fernández, electo presidente del Comité Provincia de la UCR, aguarda la resolución definitiva de la Justicia sobre la interna partidaria. Pese a los desafíos legales, Fernández destacó la contundencia del fallo del juez Ramos Padilla, que ratifica su triunfo y subrayó la importancia de evitar divisiones profundas en el partido.
La interna evidenció tensiones con el sector Evolución, liderado por Pablo Domenichini, quienes rechazaron acuerdos previos. Fernández lamentó la falta de unidad, señalando que un consenso habría asegurado mayor representación de todas las facciones en la conducción partidaria.
Con el partido dividido, Fernández trabaja para recuperar la unidad, especialmente en el bloque legislativo provincial. Aunque reconoce las heridas causadas por acusaciones de fraude, se mostró optimista tras recibir felicitaciones de algunos sectores opositores dentro del partido.
Elsa Llenderrozas, vicepresidenta electa, destacó la oportunidad del radicalismo de representar una alternativa frente a populismos y otras corrientes, asegurando que su estrategia será construir "la avenida del medio" como un espacio político renovador.
De cara al futuro, Fernández resaltó la necesidad de renovar la comunicación y el discurso del radicalismo. Afirmó que el partido debe enfocarse en escuchar a los sectores del interior y del conurbano, y posicionarse con propuestas sólidas y actuales.
Respecto a temas como la reelección de intendentes o el desdoblamiento de elecciones, Fernández abogó por un debate abierto, señalando que el radicalismo debe adaptarse al nuevo panorama político provincial y nacional.
Con un año electoral cargado por delante, la UCR bonaerense enfrenta el reto de reconstruirse desde su núcleo. La gestión de Miguel Fernández será clave para lograr cohesión interna y delinear una estrategia que potencie al partido en un escenario político fragmentado.
