“No hay nadie que haga política que no quiera ser presidente”. Con esa frase, la diputada nacional María Eugenia Vidal volvió a referirse a su deseo de lanzarse como candidata al sillón de Rivadavia en las próximas elecciones de 2023.
Claro, no lo hizo de manera directa. En lo concreto, hoy no hay aspirantes oficializados. El jefe de Gobierno de CABA, Horacio Rodríguez Larreta, como la titular del PRO, Patricia Bullrich, sus probables contendientes internos, tampoco lo hicieron. Ni siquiera el exprimera mandatario, Mauricio Macri, quien en las últimas semanas volvió a ganar espacio mediático.
Todos recorren el país con una intención que no tiene dobles interpretaciones. Sin embargo, en el largo camino hacia una presentación oficial, la estrategia llama a esperar. A no “quemarse” antes de tiempo.
En esa situación se encuentra hoy la exgobernadora bonaerense. Con una particularidad: su victoria en CABA en las elecciones de 2021 la había reposicionado para intentar tomar el lugar que dejaría vacante Larreta al postularse hacia la Nación. Pero no. Vidal quiere más. Y, a su manera, da la pelea.
Como parte de esta estrategia de mirar hacia arriba, la referente del PRO presentó ayer a través de la Cámara baja un proyecto de ley para eliminar los haberes jubilatorios extraordinarios vitalicios que cobran los expresidentes y vicepresidentes de la Nación.
Se trata de una iniciativa que tiene como objetivo eliminar "las asignaciones mensuales vitalicias destinadas a Presidente y Vicepresidente de la Nación, establecidas por ley 24.018". Y argumentó: “No se le puede pedir más ajuste a los argentinos si primero no se ajusta la política”. Con esta ley, Vidal le apunta a la expresidenta Cristina Kirchner y, a la vez, se reubica en escenario nacional.
Sin embargo, el problema que enfrenta hoy la representante del PRO en la Cámara Baja del Congreso es la posibilidad de quedarse, como dice el dicho, sin el pan y sin la torta.
La reciente foto de unidad entre Larreta y el senador radical Martín Lousteau fue otro golpe de knock out para el plan V (con pedido de licencia) de la diputada nacional. Es que internamente, según le dijo a este medio un referente bonaerense cercano a la exgobernadora, Vidal “no quiere perder el arrastre de 2021. Y me parece bien. Fue una campaña demasiado dura con un resultado muy favorable para solo quedarse con eso”.
Hoy tiene la posibilidad de sumar fuerte con Cristian (Ritondo) en la Provincia. Pero siempre tiene Uspallata a mano
Es cierto que hoy el exministro de Seguridad bonaerense le ofrece a Vidal la posibilidad de “dar la pelea” provincial. Y eso no es un dato menor a juzgar por el caudal poblacional del principal territorio del país. Sin embargo, la pelea nacional cada vez está más poblada. Y mientras Macri analiza su rol, las posibilidades de Vidal podrían diluirse o quedar solo en una simple (y a la vez compleja) puja por sumar nombres propios.
Es por eso que el escape hacia la Ciudad podría ser una aventura que, de no tomarla, podría dejarla solo con su banca en el Congreso. “Yo voy a ser -porque me preocupa y me duele mi país- lo que tenga que ser, desde ser candidata a concejal, presidenta o nada para que Argentina pueda ganar una alternativa”, dijo en las últimas horas.
Para colmo, como es sabido, el ministro de Gobierno de CABA, Jorge Macri, también está jugando fuerte en su afán por continuar con su aventura porteña. Y gana adeptos. Ahora solo resta saber qué estrategia tomará la diputada nacional en su camino al 2023.